Este lunes Charlie Whiting, el Director de Carrera de la Fórmula 1, pasó por el Autódromo de Buenos Aires y se quedó gratamente sorprendido. Si bien no se permitió el acceso a la prensa, CORSA pudo averiguar los detalles de su visita. Fue una primera instancia para que el Oscar y Juan Gálvez vuelva a tener los estándares internacionales de primer nivel.

Según pudo saberse, hasta ayer Whiting tenía informado un mal aspecto en general del Autódromo. Pero el inglés se llevó una buena impresión del Coliseo porteño. Si bien ya conocía el escenario, le gustó la cantidad de vías de escapes que tiene. Además cómo se conservó durante tantos años la extensión completa del predio.

En tanto que ya estaría en condiciones de un Grado 3 de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Sólo resta pedir su homologación. Este estándar permite recibir a cualquier categoría de la FIA, menos el WEC y la F-1.

Respecto del Grado 2, que lo habilita para todas menos la Máxima, no faltaría mucho. Los requerimientos son: encastrar de forma más sólida los muros que fueron colocados en las rectas del fondo y el Curvón Salotto, mejorar el drenaje de los pianitos, hacer las calles internas para que se trasladen los vehículos de rescate y que el alambrado perimetral esté del lado de la pista y no del público. Con este panorama se analizara cuál es el presupuesto de esas obras y no resultaría descabellado pedir directamente el Grado 2, tal vez a fin de año.

Fórmula 1, solo una ilusión
Le informaron a La Única que la visita de Whiting generó más expectativa de lo que fue. Whiting estaba de gira en Sudamérica y -de paso- se lo invitó a Buenos Aires. No fue una inspección formal agendada y ello no tiene que ver con una posible fecha internacional.

Si bien la Fórmula 1 es la gran ilusión de siempre, todavía el panorama es el mismo y no hay ningún avance en concreto. Es cierto que Whiting le gustó cómo luce el Autódromo y que con la colocación de los muros eventualmente la Máxima podría volver a correr en un circuito largo como el 15, con las reformas del caso. Incluso él hubiese preferido esa variante entre 1995 y 1998. Pero tras el fin de semana trágico en Imola de 1994, con las muertes de Ayrton Senna y Roland Ratzenberger, la FIA priorizó homologar en esa época trazados cortos y trabados.

Pero el principal problema pasa por lo económico. Poner el Autódromo en Grado 1 demanda unos 40 millones de dólares. A eso hay que sumarle el canon anual de la Máxima que son 50 millones de la misma moneda en un contrato a cinco años. Son 290 millones del billete verde. Si tomamos el dólar a 18 pesos, el prespuesto sería de 5.220 millones de pesos.

El Estado, en principio, no estaría dispuesto a solventar semenjante gasto ya que tiene otras prioridades. “Si no cuento con los recursos extraordinarios, es imposible”, le dijo a este medio el Ministro de Turismo, Gustavo Santos, al ser consultado por la F-1 en la última edición del Rally de la República Argentina. Es cierto del impacto económico que se genera, pero la suma es extrepistosa. Tampoco hay –de momento- un inversor privado fuerte que quiera poner al menos la mitad del dinero, algo como lo que ocurre en México con Carlos Slim y sus empresas. El magnate azteca también fue responsable de la recuperación del Autódromo Hermanos Rodríguez.

Por último vale aclarar que la presencia ayer en el Autódromo del empresario Marcelo Figoli, dueño de Fenix Entertainment Group en la Argentina, no tuvo que ver con la visita de Whiting o la F-1. Él gestiona la posible fecha de la Fórmula 1 Histórica junto con Eduardo Ramirez. La fecha, de concretarse, se haría luego del Gran Premio de México que se correrá el 29 de octubre. El canon de ese evento costaría un millón de dólares y también hay que hacerse cargo del traslado de los autos, sus participantes y su estadía en Buenos Aires.

Por Darío Coronel (CORSA)