Fueron varia semanas de negociaciones, tras las cuales el Comité Olímpico Brasileño decidió invitar a la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Río 2016, en la que también estará, pero lejos de ella, el mandatario interino Michel Temer.

Mauro Andrada, portavoz de la organización, explicó que la invitación a Rousseff fue decidido tras largas negociaciones y «buscando no generar ninguna polémica, la situación es bastante confusa, tenemos que actuar con sentido común y elegancia» . «Dilma tendrá que ubicarse junto a los expresidentes brasileños aunque estamos totalmente conscientes de que ella no es, técnicamente, una expresidenta», precisó Andrada.