La jueza letrada de Artigas, Bettina Duter, actuó de oficio en el caso de la whiskería de ese departamento y constató que no existieron sorteos para acostarse con las mujeres que trabajaban en el lugar. El caso generó polémica por un afiche del local que prometió sortear una noche con una mujer entre quienes compraran un ticket de un valor de $50.
El fin de semana circuló en las redes sociales un afiche de una whiskería de Artigas llamada “Brisas”. El lugar anunciaba allí el festejo del cuarto mes de funcionamiento. Los festejos implicarían la actuación de “dos bandas en vivo, stripers, baile del caño y sexo en vivo”. Además, en la publicidad se aseguraba que aquellos asistentes que compraran un número a $50 participarían en un sorteo para elegir gratis a “la mejor dama”. Esta fiesta, efectivamente, se realizó en la noche de viernes 14 hacia la madrugada del sábado 15.
Tras la circulación de la imagen del afiche, el diputado del MPP, Daniel Caggiani, se preguntó en Twitter si el Poder Judicial no podría realizar una investigación de oficio, a lo que el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Pérez Manrique, respondió: “Acuso recibo, tomaremos cartas en el asunto, entiendo sería conveniente poner en conocimiento al ministerio público”.
Pero la Suprema Corte de Justicia no puede actuar directamente sobre el caso. Es necesaria la intervención directa de un juez local. Y efectivamente eso fue lo que sucedió. En un comunicado, en Poder Judicial informó que la Jueza Letrada de Artigas de 1º Turno, Dra. Bettina Duter, actuó de oficio debido a la “inquietud social” que generó el hecho.
La magistrada actuó ante lo que podría “configurar algún tipo de delito y/o explotación de alguna índole ocurridos en la madrugada del 15 de octubre en la whiskería ‘Brisas’ de la ciudad de Artigas”. La magistrada concurrió a Brisas a las 22:00 horas del sábado, junto a efectivos policiales, para recabar información sobre lo que habría ocurrido en la madrugada anterior.
Según su informe, constató “que el local es muy precario, está en un lugar alejado, cuenta con todas las habilitaciones, las trabajadoras sexuales tienen en regla su carnet sanitario, el propietario no se encuentra pero sí la encargada Sra. S. R. -también trabajadora sexual- quien nos refiere que el sorteo no se realizó -hecho no acaecido- , no se vendieron números como para efectivizarlo”.
Agregó en su informe que en el local hubo espectáculos habituales y musicales (Grupo Konsagrados) en ocasión de la celebración y que la entrada costaba $ 200 con derecho a una consumición.
Entrevistadas a buena parte de las trabajadoras del lugar, todas mayores de edad, quienes explicaron su sistema de trabajo. Cada una de ellas tiene su domicilio en la ciudad de Artigas, menos una de ellas que vive en Quaraí, concurriendo al lugar en horas de la noche. Cobran $ 1200 al cliente, recibiendo $ 200 el propietario por pago del cuarto o pieza donde se desempeña la labor, a efectos de destinarlos a su limpieza. Expresan estar conformes con las condiciones laborales.
Tras entrevistar a las trabajadoras, la jueza concluyó que “no se advierte indicio y /o prueba que merite la instrucción de un presunto hecho delictivo, sin perjuicio de lo que pudiera referir el Ministerio Público, en la semana”. Mediante otros mecanismos de investigación que no fueron revelados se verificó que no se efectuó el tan publicitado “sorteo”, remarcó la magistrada.