“Actualmente, los edificios se construyen con dos materiales: acero y hormigón. Que son muy buenos, pero son del siglo pasado”, sentencia Michael Green, un arquitecto canadiense, tenaz propulsor de la construcción con madera en altura. Para el especialista, las estructuras tradicionales demandan mucha energía y altas emisiones de gases de efecto invernadero para su producción: «El acero representa alrededor del 3 % de las emisiones y el hormigón, más del 5%», detalla.
El estudio Michael Green Architecture (MGA), con sede en Vancouver, acaba de inaugurar un edificio de siete pisos en el barrio North Loop de Mineápolis. Se trata de la estructura de madera más grande de los Estados Unidos levantada hasta el momento. Y una oportunidad para dar impulso a su cruzada: “Cuando un árbol crece en el bosque libera oxígeno, absorbe dióxido de carbono y luego, cuando muere y cae al suelo devuelve el CO2 a la atmósfera o a la tierra. Si se toma esa madera y se la destina a una construcción, con su capacidad para almacenar carbono nos proporciona una gran retención de ese elemento ya que un m3 de madera almacena una tonelada de CO2”, fundamenta.