Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Tufts en Boston (EE.UU.) sugiere que la inclusión en la dieta de cereales integrales o ‘de grano completo’ en lugar de cereales refinados se asocia con una mayor pérdida de calorías al reducir las calorías retenidas durante la digestión y acelerar el metabolismo.
Diversos estudios epidemiológicos han mostrado que el consumo de cereales integrales, en combinación con la ingesta de fibra, conlleva distintos beneficios para la salud, caso de una mejora del control de la glucemia y de la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, el supuesto efecto positivo de los cereales integrales y la fibra para la regulación del peso resulta, cuando menos, controvertido dada la ausencia de ensayos clínicos controlados al respecto. Y ahora, este nuevo estudio, publicado en la revista «The American Journal of Clinical Nutrition», puede ayudar a explicar cómo el consumo de cereales integrales es beneficioso para el control del peso corporal.
Como explica Phil J. Karl, director de la investigación, «nuestro trabajo ayuda a entender cómo actúan los cereales integrales y la fibra para ayudar a mantener el peso y refuerzan las evidencias previas sobre la asociación entre el consumo de fibra y cereales integrales con un menor peso corporal y una mejor salud».
Integrales frente a refinados
El estudio, de ocho semanas de duración, fue llevado a cabo con la participación de 81 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 65 años. En las dos primeras semanas, todos los participantes siguieron la misma dieta y se determinaron las necesidades calóricas de forma individual.
Transcurridas las dos primeras semanas, los participantes fueron asignados aleatoriamente a seguir una dieta que difería únicamente en la cantidad de fibra y el tipo de cereales: integrales o refinados.
Como indica Susan B. Roberts, co-autora de la investigación, «proporcionamos a los participantes todos los alimentos para asegurarnos que la composición de las dietas tan solo difería en la fuente de cereales».
A lo largo de las ocho semanas, los investigadores midieron el peso, la tasa metabólica, la glucosa en sangre, las calorías fecales, el apetito y la sensación de plenitud de los participantes. Y de acuerdo con los resultados, aquellos que siguieron la dieta con cereales integrales tuvieron un aumento en la tasa metabólica en reposo y pérdidas de energía por vía fecal frente a los que tomaron cereales refinados. Además, las pérdidas adicionales de energía fecal no se debieron a la mayor cantidad de fibra adicional, sino por el efecto de la fibra sobre la digestibilidad de otras calorías alimentarias.
Mayor pérdida de calorías
En consecuencia, y comparadas frente a las que siguieron la dieta de cereales refinados, las personas que tomaron cereales integrales y una mayor cantidad de fibra perdieron una media de 100 calorías adicionales por día. Un efecto que se explica por el aumento de la tasa metabólica en reposo y el incremento de deposiciones.
Como concluye Susan Roberts, «las calorías adicionales perdidas por los que comieron cereales integrales equivaldrían a una caminata rápida de 30 minutos o a disfrutar cada día de una pequeña galleta extra».
Por el contrario, las sensaciones de hambre y de plenitud, así como la satisfacción con la dieta, fueron similares para ambos grupos de participantes.