Mientras los gigantes de la tecnología y los veteranos fabricantes de automóviles se buscan entre ellos para diseñar el coche del futuro, se van produciendo diversos ensayos y pruebas con sistemas de autopilotaje que dejan, en muchos casos, buenas sensaciones, aunque todavía se encuentran en una fase demasiado embrionaria.
Los analistas son optimistas y confían que en pocos años se empezarán a comercializar coches para consumo que dispongan de una conducción autónoma.
Pero, por ahora, existen algunos obstáculos por superar, como articular un nuevo marco regulatorio, adecuación de las políticas aseguradoras o evolucionar la tecnología para que sea más precisa y eficiente. A lo largo del pasado año, los prototipos de coches autónomos registraron un total de 2.578 fallos técnicos entre las nueve empresas que llevaron a cabo pruebas en carretera, según los datos recopilados por el Departamento de Vehículos Motorizados de California (EE.UU.), que reclama a los fabricantes un informe de daños y problemas para avanzar sobre el desarrollo del coche del futuro. Ninguno, sin embargo, acabó en accidente.
En los informes, según recalcan desde «IEEE Spectrum», se detalla cada vez que un conductor humano ha tenido que tomar rápidamente el control de su automóvil, ya sea debido a un fallo de hardware o software o porque el conductor sospechaba un problema. Y, de todos ellos, Bosch, Mercedes y los vehículos con sistema Cruise Automation (filial de General Motors) presentaron los mayores fallos, aunque en ensayos de menor distancia.
En ese sentido, Waymo, división de vehículos con sistema de autopilotaje de Alphablet (matriz de Google) ha sido una de las compañías que más pruebas ha realizado, recorriendo hasta la fecha unas 635.868 millas (1.023.330 de kilómetros), y ha registrado unos 124 fallas, 51 de los casos achacados al software utilizado. Estos datos representan una media de 0.2 incidentes por cada 1.500 kilómetros, aproximadamente. El año anterior era de 0.8 fallos por cada 1.500 kilómetros.
La empresa americana, que cuenta con una flota de sesenta coches, generó el 95% del total de las pruebas realizadas en el estado de California sobre sistemas de autoconducción. Se trata de un proyecto en el que viene experimentando con autos adaptados por zonas concretas de California, Texas y Nevada, aunque en los datos presentados no contabiliza las ocasiones en que un conductor de seguridad debe tomar el control del volante, algo que sucede varias veces al año, según sus métricas internas.
Bosch, por el contrario, informó de más de 1.400 desacoplamientos cubriendo 983 millas (1.581 kilómetros) en sus tres vehículos. Ninguna otra compañía recorrió más de 5.000 millas (8046 kilómetros) en 2016, mientras que algunos de los mayores fabricantes de automóviles del mundo como BMW, Ford y Mercedes-Benz, únicamente ensayaron menos de 1.000 millas (1.609 kilómetros).
A pesar de contar con permisos, ni Honda ni Volkswagen realizaron pruebas con sus sistemas de autoconducción en las carreteras de California, aunque sí lo hicieron en circuitos privados y en otras regiones. Por su parte, otra de las empresas que más esfuerzo y dinero están invirtiendo en el desarrollo del coche autónomo, Tesla, ha admitido 182 fallos durante las 550 millas recorridas (885 kilómetros) durante las carreteras californianas.
Fabricantes y compañías de componentes electrónicos apuntan al año 2019 para empezar a comercializar los vehículos completamente autónomos, según datos del informe «Hacia un nuevo concepto de conducción», elaborado por Opel (PDF). En 2020 se estima que se habrán vendido ya diez millones de coches. Y en 2030, más del 15% de los vehículos podrían ser autónomos.
Cambio automático, control de velocidad inteligente, dirección eléctrica y otras innovaciones que hoy ya están en uso son el germen de la auto-conducción. El objetivo es una conducción más segura (el error humano está presente en el 90% de los accidentes) y más eficiente (un tráfico más fluido y descongestionado).
Principales obstáculos del automóvil autónomo
1.- Tecnología: La cuestión principal por resolver es tecnológica: sensores múltiples, algoritmos, cámaras, radares ultrasónicos, sensores LIDAR (utilizan la luz para medir distancias)… «Lo fundamental, en todo caso, será la fiabilidad de los inputs recibidos por el programa, su interpretación según las condiciones del tráfico, el clima, la vía. y su reacción en tiempo real», desgranan fuentes de Opel.
2.- Marco regulatorio: también es crucial la regulación: a la hora de eliminar el factor humano de la conducción. «La pregunta clave es: ¿en caso de posible colisión o atropello, qué vida decide proteger el programa?», recalcan los expertos.
3.- Aceptación de la sociedad: La aceptación social es también un interrogante hoy por hoy. «¿Seremos capaces de ceder el control total del vehículo y todas las decisiones a una serie de sensores y cámaras y a un procesador inteligente?», reflexionan los expertos, al tiempo que cuestionan: ¿cómo convivirán los coches autónomos con los coches pilotados?