Las murgas D´Rambushé, De Querusa La Merlusa, Murguer King, El Limón Fraterno y Sophie Jones protagonizaron la tercera etapa del encuentro de Murga Joven.
La noche del lunes tuvo de todo arriba del escenario del Teatro de Verano de Colón. Creatividad, humor, diversión, frescura, doble sentido y denuncia fueron los tópicos de la jornada.
Según comentaba la barriada, se habían escapado D´Rambhushé unos juguetes y dijeron que se los vio arriba de las tablas del Monte de la Francesa a eso de las ocho de la noche. Y los comentarios no estaban errados, ya que mucha gente fue testigo de todo lo que mostraron durante la media hora que duró su espectáculo que transcurrió por varias situaciones de humor para terminar con una canción final y despedida que rememora los momentos de la infancia.
Más tarde aparecieron así, como De Querusa La Merluza, unos murguistas que arrancaron a hablar y sobre los dichos que usamos los uruguayos y que generalmente no conocemos su significado, para después arrancar para la playa y cantarle a las dunas desde el punto de vista de los defensores del medio ambiente y de quienes las utilizan para las fiestas veraniegas. Y, por si esto fuera poco, hasta subió un cuidacoches a cantar su cuplé que desembocó en que la murga pusiera lo que importa para poder despedirse a toda polenta.
La Murguer King llegó al tablado para cantarle al gran prócer de la patria y sus amoríos que al final estaban, según los científicos de la murguer, relacionados fuertemente con la vida de Einstein. En el siguiente bloque, la adicción al fútbol, el odio al jefe, el humor picaresco y la mala suerte, fueron curados por una revolucionaria máquina que todo lo cura, pero que no tuvo los resultados esperados.
A penúltima hora, desde Las Piedras llegó El Limón Fraterno para tratar de superar su «complejo de interioridad» mediante la ayuda de un genio de la lámpara que resultó tener más problemas que todo el resto de la murga. Por consecuencia, apelaron a homenajear a su ciudad (sin copiar a nadie) y a rescatar los valores de la gente de campo, como un payador que se tomó varios minutos para hacer delirar de risa al público antes de cantar la despedida.
Al cierre de la noche, el escenario se transformó en una cárcel, pues habían metido presa a una tal Sophie Jones que, pese a esto, no se calló nada y gritó fuerte y duro contra uno de los peores inventos del ser humano: el patriarcado, que por suerte lograron derrotar y humillar con altura.
La lucha por la igualdad de género y la reivindicación feminista alza su voz para hacerse hace oír cada vez más fuerte en cualquier esquina de Montevideo y, por suerte, el encuentro de Murga Joven no fue la excepción.