«Dragones» surgió de una manera un poco diferente al resto de las canciones del disco.
Se partió de una sesión espontánea en el living de mi casa con mi amigo Ale Hauser (guitarrista de la banda) estábamos probando un bajo uruguayo de los 60´s, marca Black Diamond. Aprovechando lo que teníamos a mano Ale lo enchufó a un amplificador de guitarra con muchísimo reverb. Yo empecé a tocar una guitarra eléctrica y probé unas notas sobre la base, y así estuvimos un rato improvisando. A esto le sumamos un loop que hicimos con una batería para niño que teníamos armada ahí mismo.

Al otro día lo grabamos todo en forma de maqueta (Gabriel Casacuberta estaba de viaje) y armamos la estructura de la canción. Todos estos elementos están presentes en la versión del disco y definen bastante la crudeza de su sonido.

Cuando Gabriel volvió de viaje nos ayudó a darle forma y pensamos que sería interesante sumar una batería adicional para generar más dinámica. Así fue que Ignacio Vecino la grabó y fue combinada posteriormente con la original.

Después sumamos una melodía más bien tranquila que crea un equilibrio con una instrumentación un poco más agitada.

Es una canción sobre como el amor y los sentimientos profundos son capaces de sobreponerse al caos y a la confusión. Habla de la necesidad que tenemos a veces de atravesar tormentas para ver la luz y tener conciencia real de lo que sentimos. (Lucía González)
Lucía González grabó “Solar” casi íntegramente en su casa con Gabriel Casacuberta. Fue un proceso de varios años, en los que se sucedieron distintos climas, estados de ánimo y formas de sentir. En sus canciones priman la sinceridad y la intimidad, conectando a la vez con el macro-cosmos que la rodea.

Hay cierta impronta mágica y psicodélica que tiene que ver con la disposición a la experimentación sonora y la libertad en el momento de crear. Contar en esta ocasión con valiosas colaboraciones de amigos músicos con los que también tiene una conexión emocional le agregó nuevas dimensiones y un espíritu de comunión a este álbum, al que se puede asistir como a un viaje a través de paisajes fantásticos y emocionales.