La Presidenta del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Carmen Lúcia definió la votación sobre el pedido de Habeas Corpus que presentara el ex Presidente Lula Da Silva, luego de registrarse un empate en 5 con el voto de los 10 restantes integrantes del mismo.
Edson Fachin, relator de la Operación Lava Jato que dejó al descubierto una red de corrupción entre empresarios y políticos, rechazó el recurso al señalar que Brasil ya había sido apercibido en tribunales internacionales por la extensión de sus procesos, que en muchos casos desemboca en una mera prescripción.
Pero su colega Gilmar Mendes emparejó la votación, argumentando que la posibilidad de detener a un acusado tras la segunda instancia dejó de ser una opción para convertirse en un «principio inflexible» de dictar «prisiones automáticas».
Y propuso una solución intermedia: que la condena sea ejecutada solo después del tercer grado (Superior Tribunal de Justicia, STJ), lo cual permitiría a Lula seguir libre al menos varios meses, hasta que esa corte emita su sentencia.
A su turno, Luís Roberto Barroso, Alexandre de Moraes, Rosa Weber y Luiz Fux votaron en rechazo al «hábeas corpus», inclinando sensiblemente la balanza en contra del ex mandatario.
Weber dijo en su discurso que votaba para preservar la jurisprudencia de 2016 que permite detener a un condenado en segunda instancia y no por la Contitución, que habla de completar todas las instancias.
Sin embargo, Dias Toffoli, ex abogado del PT, Ricardo Lewandowski, Marco Aurélio Mello y Celso de Mello, le devolvieron las esperanzas a Lula, al darle su voto a favor y establecer el 5-5. «Lamento que la Suprema Corte haya colocado la libertad de las personas en un escalón muy inferior al derecho de propiedad», se quejó Lewandowski.
La detención de Lula, que niega todas las acusaciones en su contra, podría producirse a partir de la semana próxima, una vez que su defensa presente sus últimas objeciones, si es que decide hacerlo, informó el tribunal de apelaciones (TRF4) que lo condenó en segunda instancia.