Un poco más de cuatro millones de paraguayos elegirán el domingo a su próximo presidente entre el oficialista Mario Abdo Benítez y el opositor Efraín Alegre, ambos militantes de partidos conservadores y acérrimos críticos del cambio de sexo, la educación sexual y el aborto.
Ambos candidatos dieron a conocer propuestas de gobierno similares con énfasis en la necesidad de captar inversiones extranjeras para generar empleo en un país que pese a haber sido en los últimos años uno de los que más creció en la región tiene una tasa de pobreza de 28,9% y un desempleo de 8,3%, según la estatal Dirección de Estadísticas y Censo.
De acuerdo con la organización no gubernamental Oxfam Intermón en Paraguay, cuya economía está basada en la actividad agropecuaria, el 2% de los propietarios acumula el 80% de las tierras.
Los dos candidatos también adhirieron a los programas de ProVida, una organización no gubernamental apoyada por la Iglesia católica que se opone al cambio de sexo, la igualdad de género, la educación sexual en las escuelas y la interrupción del embarazo.
Medios internacionales destacan la jornada electoral que Paraguay celebrará mañana para elegir a su nuevo presidente. El “fantasma” del stronismo y la falta de entusiasmo por estos comicios son resaltados en los reportes.
El diario británico The Guardian destacó las elecciones con un artículo centrado en la figura del candidato colorado Mario Abdo Benítez y su vínculo familiar con la dictadura del presidente Alfredo Stroessner (1954-1989), de la cual el padre del candidato de la ANR fue una figura clave.
El New York Times publicó una extensa columna de opinión en español escrita por Estela Ruiz Díaz que describe el panorama político-social actual del país –incluido el caso de Óscar González Daher–, su historia –también con énfasis en la dictadura de Stroessner– y las proyecciones y predicciones en torno a la jornada electoral del domingo.
El diario Estadâo de Brasil destacó en un artículo que Abdo Benítez goza del apoyo de la mayoría de los agricultores brasileños radicados en el Paraguay por la oposición del candidato colorado al aumento del impuesto a la soja.
El País de España, por su lado, señala en un artículo anclado desde el punto de vista del paraguayo humilde una jornada electoral marcada por el desencanto del pueblo paraguayo con sus figuras políticas.
Con un enfoque similar, La Nación de Argentina ilustra a un país dividido “entre la apatía y la ilusión” que irá mañana a las urnas.