El presidente Cartes sufrió un revés cantado en el Congreso. La sesión bicameral que se agendó para tratar su renuncia como jefe de Estado quedó sin quórum en la Cámara Alta. Solo 13 de los 45 senadores se presentaron a la convocatoria.
Finalmente, el cartismo no logró reunir los votos necesarios para la aceptación de la renuncia del Presidente. Difícil es saber cómo se sentirá el jefe de Estado después de que el senador Juan Darío Monges le haya mentido. Es que el lunes pasado, cuando se entregó la nota de renuncia, Monges aseguró y reaseguró que los votos estaban para que el Presidente viole la Constitución y pueda jurar como senador activo —cuando solo puede ser vitalicio— el 30 de junio.
De acuerdo al artículo 202 de la Constitución, son las dos Cámaras del Congreso que deben aceptar o rechazar la renuncia del Presidente. El artículo 201 dice que la mayoría simple de cada una dará quórum a la sesión bicameral. En este caso, hubo quórum en Diputados pero no en el Senado. Si había quórum en el Senado, la mayoría simple para aprobar la renuncia de Cartes era de 63 legisladores, entre senadores y diputados. Como la presencia del cartismo en la Cámara Baja es fuerte, la renuncia iba a ser aceptada.
En total, hubo 50 de los 80 diputados y solo 13 de los 45 senadores: 11 del cartismo y Silvio «Beto» Ovelar y Juan Carlos Galaverna por el abdismo. Los senadores ahora pueden convocar a sesiones para tratar la renuncia de Cartes cuantas veces quieran, aunque se supone que lo harán cuando reúnan los votos.
Dejar sin quórum la sesión fue la estrategia de los que se oponen a que Cartes viole la Constitución Nacional. El Presidente, de hecho, ordenó su mudanza de Mburuvicha Róga el pasado lunes y emitió un mensaje promocional oficial en que se despedía de la presidencia, que ahora no puede abandonar.
El camino de Cartes como senador comenzó cuando desistió de violar la Constitución para ser reelegido, el año pasado. Después, tomó la decisión de candidatarse a senador y encabezó la lista de la ANR tras las internas. Lo habilitaron jueces electorales del TSJE. Pero el punto más grosero fue cuando la Corte Suprema de Justicia le dio luz verde. Entre los votos que permitían la violación de la Constitución estaba el de Alicia Pucheta, a quien Cartes hizo después vicepresidenta, como premio al sometimiento.
El mismo día en que la Corte habilitó a Cartes y como elemento distractor, la Fuerza de Tarea Conjunta notificó a la familia de Edelio Morínigo que su hijo había muerto. La serie de violaciones que el Presidente desea impulsar se corona con su intención de jurar como senador activo el 1 de julio.
Esta situación generó un verdadero quiebre entre los colorados antes de la asunción de Mario Abdo como Presidente. Acusaciones de traición desde el cartismo recayeron sobre la disidencia liderada por Mario Abdo, quien dijo que Cartes debía jurar, pero liberó los votos de su bancada.
(Fuente: ABC)