«Torbellino felino es una canción que nace a partir de las aventuras compartidas con un gato llamado Elefante.
La canción tiene que ver con las emociones, la naturaleza, lo efímero de la vida y de las cosas. Tiene que ver con las emociones que se igualan al torbellino que puede transmitir un gato cachorro entre la leña.
Las emociones, igual que los movimientos de los gatos en su quehacer cotidiano, se parecen. Las emociones se adueñan, huyen, se diluyen, desaparecen, son torbellinos como un felino, añoran, imploran, se cantan, se incorporan, y ellas son la vida misma. y la vida misma un día desaparece.
Puede ocurrir que en los sueños, en ese espacio del día en el que dormimos, estemos viviendo en realidad en otro plano, donde todo es posible incluso la vida eterna.
Un final donde la canción dice: ’No estás y te veo, entre sueños, corriendo entre los pastos, viniendo, viniendo (…)’
Un gato elefante, que huye y desaparece, vuelve como cualquier ser pueda hacerlo, entre sueños». (Rossana Taddei)
Rossana Taddei es sin dudas una de las cantautoras más prolíficas de Uruguay. Siempre inquieta, con shows y nuevas canciones en mente, se prepara ahora para presentar su nuevo trabajo, “Cuerpo eléctrico”. El decimoséptimo álbum de su carrera que muestra su veta más rockera y recorre diversos paisajes y temáticas.
Compuesto por 11 canciones inéditas y un bonus track sorpresa, este nuevo material se grabó en el estudio Mastodonte y “se hizo entre todos”, como cuenta Rossana Taddei. El álbum nació a través de un crowdfunding (plataforma de financiamiento colectivo) y, a su vez, toda la banda formó parte del proceso creativo. “Trabajamos en forma colectiva. Cada músico participó activamente y todos seguimos el proceso de lo que implica la grabación de un disco, muchas horas y días de trabajo constante, estoy muy contenta con el resultado final de este disco.”
En este álbum, Taddei no solo estuvo acompañada por su banda (Gustavo Etchenique en batería, Alejandro Moya en bajo y Santiago Montoro en guitarra), sino también por destacados invitados como Sara Sabah en la canción “Anémona”, Eli-u Pena en “Limón”, Mandrake Wolf en “Fábrica”, primer corte de difusión, y Gastón Ackerman, quien además de ser el ingeniero de sonido, participó en las voces, trompetas, teclados y fue parte fundamental de la producción artística.
El álbum iba a llamarse “Espiral”, no habían dudas. Sin embargo, una visita inesperada trajo otra sonoridad y el nombre “Cuerpo eléctrico”: “Estábamos ensayando con la banda y de pronto entró un colibrí. Fue un momento increíble, pero también tuvo un tinte dramático porque no lograba salir de la habitación. De pronto ya muy cansado de aletear, sin poder salir, se agarró de un tapiz bordado (increíblemente un gato negro) y empezó a arquearse hacia atrás desmayándose sobre mi mano. Le di agua con azúcar tratando de animarlo, lo llevé al jardín a mostrarle las flores y de pronto se activó su cuerpo eléctrico, aleteó y se fue volando”.
De esta forma, el colibrí se convirtió en protagonista del arte del disco y le dio el nombre “Cuerpo eléctrico”, que es también un poema de Walt Whitman que comienza así: “Yo canto al cuerpo eléctrico. Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo”.