El Fiscal de Homicidios, Juan Gómez, fue entrevistado por Aldo Silva en Fuentes Confiables.

Expresó, con respecto a la cantidad de trabajo que cuenta, que «felizmente se repartieron, llevará un tiempo de equilibrar las cargas, pero la incorporación de la Dra. Mirta Morales, que es una excelente magistrado y compañera, ayuda a intentar enfrentar las dificultades propias de las tareas que tenemos. Es necesario el dialogo entre ambos y a veces los días se nos pasan volando».

Consultado por los dichos del fiscal Luis Pacheco sobre el Código del Proceso Penal afirmó: «Me considero un amigo de Pacheco. Trabajamos juntos en Maldonado y respecto a su opinión, a mi juicio académica, no responde a la cocina de la aplicación de esta herramienta procesal que no la inventamos los fiscales».

Gómez señaló que «las fallas son superables y perfectibles». «No estamos hablando de cuestiones que no encuentren una solución más temprano que tarde. Hablo como un modesto fiscal no integro ni lo cuadros de la Asociaciones. Yo renuncié», aseguró.

Afirmó que «sería muy hipócrita aplicar una herramienta en que no creo. Tengo que ayudar a perfeccionar en el desarrollo. No concibo que estemos mirando la chiquita». Remarcó que «no es verdad que no se proteja a las víctimas en este Código».

«No es que le llevamos ‘pescado podridos’ a los jueces para que resuelvan sin contaminarse. Reconozco que hay un cambio cultural pero si no hubiéramos realizado acuerdos colapsaría el sistema judicial», indicó.

El fiscal explicó que «es un tema complejo reunir pruebas. Yo animo a la población que no se quede de brazos cruzados ante la delincuencia, que no se paralice por el miedo y denuncie. Yo no puedo llevar a un presunto delincuente con evidencias pobres».

Gómez contó: «Culminamos ayer un juicio con sentencia definitiva con 20 años de penitenciaría a cumplir y 18 años a personas de 19 y 22 años. Ahí es cuando uno advierte que las personas no les importa su vida porque están ‘tronchando’ su vida. El caso fue de 11/17».

El fiscal marcó la necesidad de dotar de mayores recursos «a un organismo como la Fiscalía porque el funcionamiento actual supone un gran esfuerzo de la gran mayoría de los fiscales».

Contó que «la Fiscalía que en el 2012, tenía 120 técnicos hoy tiene 340 y una fuerza de apoyo de asistencia a la víctima. Creo que en total hay 800 personas. Si fuéramos 2000 sería naturalmente otra cosa».

Gómez remarcó «No podemos quedarnos de brazos cruzados con una delincuencia que no le importa su vida, ni la suya, ni la mía, ni la del oyente. No podemos quedarnos de brazos cruzados soñando con soluciones de escritorio que no están focalizando el real problema».

Continuó asegurando que «es un caso de una gran miseria humana. De causar un daño absolutamente irreparable a una familia, por nada diría. Le robaron el celular e intentan a mi juicio conocer el número de PIN de la tarjeta de cobro de la víctima».

«Es un caso que está demostrado que tenemos que tener que seguir protegiendo a la víctima», indicó, y agregó: «Empezó en otra fiscalía. Yo no le hago asco a nada. En mayo del 2018. No aparecía el cuerpo. Un hombre de trabajo y fue una larga lucha».

Con respecto al caso de asesinato de un taxista, contó: «La mujer embarazada en el primer momento me engañó. Me hizo un discurso que enfocaba la responsabilidad en otra persona. Se lo creímos. Pero seguimos investigando. A la segunda vez sin el cuerpo le dije: ‘a usted no le creo nada'». Gómez agregó: «Interpol nos permitió la parte final de llegar a la verdad».

En cuanto a su relación con la Policía expresó «tengo una excelente relación. La Policía sabe lo que tiene que hacer. Y sabe que hay un sentido común. A quienes dicen ‘la policía está con las manos atadas’, conmigo no hay nada atado. No puedo pretender un policía arriesgue su vida».

Gómez aseguró que «si no lo apoyamos y le damos tranquilidad que está haciendo su trabajo. Eso no ocurre. Tráiganme un caso que el uso legítimo de las herramientas que tiene la policía mereció una formalización».

El fiscal cerró comentando: «Tenemos que unirnos. Luchar contra la delincuencia. Tratar de llegar al ser humano confié en la labor de los fiscales y que se sientan respaldados. Ese es mi sueño».

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