El profesor Jorge Rey, integrante del cuerpo técnico de la selección uruguaya de fútbol, brindó una entrevista a La Oral Deportiva a propósito de su incorporación a este nuevo desafío, el aprendizaje de estos primeros tres meses de trabajo con la categoría absoluta celeste, y lo cosechado a lo largo de los años, de cara a la Copa América de Brasil 2019.
(Por Rafael Castillo – La Oral Deportiva)
En el año 2014, una vez finalizado el Mundial de Brasil, con todo lo conocido por los uruguayos ante la situación vivida con Luis Suárez, pocos recuerdan quizás que fue el torneo que consolidó a José María Giménez en la zona central de la zaga junto a Diego Godín, ante la lesión de rodilla en el primer juego de fase de grupos, ante Costa Rica, del capitán hasta entonces, Diego Lugano.
En febrero de 2015, el profesor Sebastián Urrutia, con quien el entrevistado, tiene una relación afectiva con su familia, le propuso de trabajar con la “Tota”, en su recuperación y puesta a punto para la continuidad de su carrera:
“Acepté el desafío de Sebastián y esos fueron mis primeros pasos en el Complejo Celeste. Fue antes de que él se fuera a jugar en Suecia. Estuvo seis meses pero no fue favorable para su rodilla porque era un campeonato que se disputaba en canchas de césped sintético y en julio me volvió a llamar para ver mi disponibilidad y poder entrenar. Ahí alternamos algunos días en su casa también para no interferir con la preparación de las selecciones juveniles y una vez recuperado se fue a Cerro Porteño de Paraguay”.
Con experiencia en equipos de Liga Universitaria, mayormente en Resistencia, para los trabajos de pretemporada y mantenimiento durante el año, las selecciones uruguayas de nado sincronizado y hockey sobre patines, el haber jugado en el fútbol formativo en Wanderers hasta los 18 años y el pasaje por juveniles de Danubio mientras estudiaba en facultad de educación física, con Alejandro Garay, hoy entrenador de la celeste sub 17, como también la preparación física de Rentistas para el Campeonato de Segunda División Profesional en 2018, se fue haciendo camino al andar.
Un giro que marcó su carrera
“Me acuerdo que una instancia de fecha FIFA de la selección mayor, ante Irlanda (junio de 2017), Sebastián tuvo que viajar con la delegación y quedó su lugar sin cubrir en la juvenil. Ahí fue mi primer acercamiento con un grupo y no con jugadores individuales, en los que compartí la preparación de la selección sub 20 durante 15 días, con Fabián Coito, Carlos Nicola y Gustavo Ferreyra”.
Dos años después, se dio el momento de quiebre, en marzo de 2019. Compartió con Sebastián y Fabián en la preparación del Sudamericano de Chile 2019, y en la fase hexagonal, el entonces entrenador del combinado sub 20, lo invita a participar y en el regreso, cuando surge la noticia de que ellos aceptan el desafío de dirigir a la selección mayor de Honduras, se abre la puerta.
“Hasta marzo no se sabía dónde me tocaba ingresar porque había que mover las piezas de juveniles y Diego Estavillo termina pasando de la sub 15 a la sub 20 de forma definitiva. Ahí José Herrera y los demás integrantes del cuerpo técnico decidieron que me sumara. Con ellos hay una unión particular porque en las inferiores de Wanderers, fui dirigido por Mario Rebollo”.
Respecto a cómo tomó ese giro con la posibilidad de compartir un proceso de 12 años de longevidad, entendió Rey que “de parte de Sebastián tuve la recomendación académica y por otro, los valores humanos que eso también es algo fundamental. Siempre estoy a disposición para observar a jugadores, ser apoyo permanente”.
La admiración y el concepto sobre Óscar Tabárez
“El maestro termina siendo un ser humano más, una persona que sonríe, se enoja, pero no te puedo mentir que es alguien que genera una energía muy linda en torno a la selección por su trayectoria. Compartimos lecturas de libros, él me presta algunos y yo le recomiendo otros. Con José hablamos más de cosas en torno a la planificación del trabajo”.
El apoyo a José Herrera en las actividades planificadas
Su primera participación con la categoría absoluta, en la China Cup 2019, fue una instancia en la que se llegaba directamente a competir. Para la Copa América de Brasil, había tres semanas y media para preparar la competencia y por eso, cuantificar las cargas, ver quienes llegaban de un viaje, y la división de los trabajos para que José pueda estar en cancha con el grupo que estaba a la orden era fundamental, para no tener esfuerzos innecesarios.
Rey trabajó con Jonathan Rodríguez, Cristhian Stuani en primera instancia, jugadores que venían con estados evolutivos de sus lesiones, en aquel primer grupo que se entrenó con nueve de los 23 futbolistas en el Complejo Celeste.
“La evolución de los procesos de lesiones fue apuntar al regenerativo, aspectos correctivos, mejorar los patrones de movimiento, sin exponerlos a la tensión de un espacio reducido, desplazamiento con y sin pelota, cambios de dirección, todo fue planificado y triangulado con el equipo de sanidad para que pudieran ingresar 15 o 20 minutos contra Panamá. Los procesos de selección no son como los de una institución deportiva cualquiera, que puede tener un mes y medio de preparación. Muchas veces los jugadores llegan con 15 o 20 partidos arriba».
La anécdota que le marca el grupo pese al escueto tiempo
«La convicción de los que estuvieron lesionados para querer crecer, estar en el desafío de la Copa América, como Luis (Suárez) que se operó, Edi (Cavani) que venía de un tiempo sin jugar por su lesión al igual que Jonathan y Cristhian . También lo de Josema (Giménez) y Nahitan (Nández) que estaban jugando finales y al otro día ya estaban en el Complejo para sacarse sangre para ver los porcentajes de urea y entrenar, habla de un profesionalismo que se logró en este proceso y eso es lo que rescato”.