Antes, estos procedimientos solo se realizaban en Montevideo, por lo que aquellos pacientes que requerían tratamiento, fallecían en el viaje o quedaban con secuelas que no eran esperables.

Según informó el Portal de Presidencia, el Hospital Regional de Tacuarembó realiza 30 neurocirugías al mes, cantidad solo igualada por otro centro público, el Hospital Maciel. Con el nuevo angiógrafo se realizan intervenciones neuroquirúrgicas, cardiológicas y traumatológicas, lo cual evita traslados de pacientes y reduce los fallecimientos. Su director Ciro Ferreira aseguró que hace 15 años muchos pacientes no llegaban a recibir su tratamiento en Montevideo.

Con más de 90 años de trayectoria, el hospital de Tacuarembó protagoniza un proceso de transformación tecnológico y de infraestructura, con el nuevo angiógrafo como uno de las herramientas más destacadas y, con él, la incorporación de las técnicas más avanzadas en la actualidad. Todas estas mejoras se fueron concretando sin contratar servicios externos y de la forma más manera eficiente, aseguró su director, Ciro Ferreira.

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En los últimos 15 años se desarrolló la atención primaria, los servicios básicos de medicina, cirugía, pediatría y gineco-obstetricia, y se agregaron elementos claves para salvar vidas en el tercer nivel de atención, de acuerdo a las necesidades del norte del país, comentó Ferreira. A 400 kilómetros de Montevideo, Tacuarembó se ubica en el cruce de las rutas 5 y 26, lo que permite que pacientes provenientes de Cerro Largo, Artigas, Salto y Paysandú, una zona de influencia que incluye a unas 400.000 personas.

El de Tacuarembó es el hospital que más intervenciones neuroqurúrgicas realiza, junto con el Hospital Maciel, más de 30 por mes. Hace un tiempo estos procedimientos solo se llevaban a cabo en la capital, por lo que aquellos pacientes que, por ejemplo, requerían tratamiento por un traumatismo de cráneo con hematoma dentro de la cabeza, fallecían en el viaje o quedaban con secuelas que no eran esperables. “Ahora se salvan vidas”, aseguró Ferreira.

En estos años se introdujeron para el sector público más de 10 intervenciones de avanzada en el país. Un ejemplo es la neurocirugía invasiva, que se realiza en el hospital, mediante el angiógrafo. Con este equipo se realizan intervenciones neuroquirúrgicas, cardiológicas y traumatológicas a la vez. “No existe una sala así en ningún área de la salud del sector público ni privado”, afirmó.

Los recursos humanos que allí se desempeñan viajan en forma frecuente a Tacuarembó, ya que los médicos especializados están radicados mayoritariamente en Montevideo. Ferreira destacó a estos profesionales porque no trabajan en el hospital por un rédito económico, ya que ganan más en la capital, sino por una actitud de servicio que se centra en mejorar la salud de los que menos tienen y más lo necesitan, tarea en la que obtienen excelentes resultados.

En cuanto al abordaje a la infancia, la región pasó de una mortalidad infantil superior a 20 por 1.000 nacidos vivos hace 15 años, a registrar por debajo de 7 por 1.000 nacidos vivos, una de las tasas más bajas de América Latina. Ferreira explicó que ahora se salvan más niños que antes gracias al desarrollo de la Red de Atención Primaria, al CTI de niños y al banco de leche materna, el primero instalado en el interior. “Ya no mueren más niños de enteritis necrotizante. Con la leche de madre (pasteurizada) ahora se salvan”, indicó.

En el tercer nivel de atención también se cuenta con un centro oncológico, inexistente hace 15 años. El mismo dispone de servicio de radioterapia, oncología médica y hospital de día. Allí se atienden pacientes de toda la región. Está próximo a instalarse un acelerador lineal de alta energía que permitirá tratar a usuarios de los sectores público y privado. En etapa de construcción está el nuevo policlínico y CTI.

El hospital también cuenta con tres alojamientos para pacientes y  familiares: la Casa Ronald, la Casa de Hospitalidad y la Casa “Pablo Estramín”. Allí se hospedan, por ejemplo, mujeres embarazadas que residen en zonas alejadas y están próximas a iniciar el trabajo de parto o pacientes bajo tratamiento oncológico, y acompañantes de personas internadas.