Jorge Pereyra, vocero de la Asociación Uruguaya de la Industria del Plástico, «hemos estado en charlas con personas que clasifican pero nos dicen ‘no tenemos donde poner los residuos que clasificamos'».
Denunció la existencia del contrabando de exportación: «En Uruguay salen camiones con baterías y plásticos hacia Brasil. Pasan, en Rivera, por caminos fronterizos no controlados por la aduana».
Agregó que «se hicieron esfuerzos pero no fueron suficientes, es tolerado por falta de herramientas. Ese contrabando podría aprovecharse acá, al menos para volver a fabricar botellas».
En el marco del proyecto de ley de gestión integral de residuos, señaló que «el plástico en sí mismo esta en el banquillo de los acusados y desafortunadamente no tiene voz para defenderse». Explicó que «con el crecimiento de la población, el plástico aportó hasta en los costos para el consumidor final. El punto está en el uso responsable».
Afirmó que «la educación en el Uruguay con relación a los residuos es muy escasa. No existe hasta hoy un plan o política de estado que conduzca a los ciudadanos hacia una certera división desde el hogar, según sean orgánicos o no».
Pereyra manifestó que «ni siquiera deberíamos hablar de residuos, sino de materia prima o de subproducto. El residuo termina siendo parte de un ciclo nuevamente productivo». Siguió indicando que «es lo que se le denomina economía circular».
Respecto al proyecto de ley de gestión integral de residuos, indicó que «con los impuestos se pretenden generar cooperativas y otras políticas colaborativas, nosotros creemos que no es la mejor manera para dinamizar el sector. El ejemplo lo tenemos en el Mides». Agregó que “no creemos que un impuesto vaya a cambiar la cabeza de los consumidores, si la buena educación”.