Marcel Keoroglián pasó por Jarana y habló de su carrera, de su historia personal y de su espectáculo «Autobombo», lo que nos une con el tema de el día lunes que fue «Egos»:

Foto: Gabriel Delbono

Cuando las cámaras se apagan

«Lo que se hace en la tele, en la radio o en el carnaval son personajes. Se prende la cámara y tengo que dar los mejores diez minutos de mi vida, alegrarte a vos aunque estés triste porque es mi trabajo. No sos así en la vida. Si en tu casa sos igual que en la tele sos un tarado, estás mal de la cabeza, no podés estar haciendo chistes todo el día. Lo que sí podés tener humildad y mantenerla pero trabajando estás haciendo un artificio. Después en tu casa son un cascarrabias, un rompepelotas, te ponés de dictador, también sos un viejo de mierda y no dejás de ser el tipo divertido, pero no es todo el día Montelongo».

Montelongo

«Montelongo nace para Día Perfecto como para comentar lo que sucedía en Tinelli a la noche. Yo no me sentía cómodo comentando a Tinelli porque ya se hacía entonces agarré para el lado de los diarios y la actualidad nuestra. Eso pegó y siguió. Al principio Montelongo era un kioskero que a veces comentaba noticias y otras veces vendía productos truchos que hacía él, estafaba a los niños… Cuando se terminó Día Perfecto y pasó a Desayunos Informales inventamos que la DGI le cerró el kiosko por estafador, entonces se puso un taxi».

«Una señora me quiso llevar preso por llevar su apellido (Montelongo), me decía que era una falta de respeto. Estaba indignada y decía que me iba a hacer un juicio».

Parte 1: Marcel Keoroglián en Jarana

Pequeño murguista

«Recuerdo la primera vez que fui al tablado. Tenía 4 o 5 años y mis padres no eran de ir. Era un terreno baldío, piso de tierra y asientos de bloques. Estaba mirando la murga y sentía que estaba muy atrás, quería acercarme pero mi padre no me dejaba. Al tercer intento me paró en seco y me dijo: no podés ir con los murguistas, no ves que son todos tipos sin hábitos de trabajo, unos faloperos, unos borrachos y degenerados. Te suben arriba del camión y no ves nunca más a tu familia. Eso fue lo primero que escuché sobre una murga y evidentemente me hice murguista».

Una pasión política

«La política no me agota, me gusta mucho desde niño. Hay gente que en esta época con las tandas de la tele mira otra pero yo al contrario, miro más la tanda viendo qué spot nuevo salió. La estupidez humana de desacreditar todo de un lado y acreditar todo el otro me agota. Veo los matices y que los que están del otro lado tienen razón en cosas, me parece sensato, pero no es la mentalidad común de la gente que es el enfrentamiento al pedo».

El trabajo como vía para salvar la pareja

«La idea de hacer de madres es algo tan simple… Es un tema universal, nadie queda afuera. Esa idea fue de mi señora. No es que veníamos haciendo eso, empezó a pasar y como pareja sirvió muchísimo, se revitalizó el amor y nos ayudó a salir de un momento complicado. Fue muy sano, un punto de inflexión en el que la comunicación mejoró».

Parte 2: Marcel Keoroglián y el «Cara Maluca»

Crítica y autocrítica

«Se convive con la crítica. Por lo general tengo una cosa positiva y es que la gente es afín a mi trabajo, recibo más críticas positivas. Cuando vienen las negativas hay que pararlas de pecho y seguir jugando. Es normal que haya gente a la que le guste lo que hacés y gente a la que no».

«Yo tengo que hacer lo mejor que yo pueda. Siempre habrá uno que sea mejor que vos. En cada murga que estoy pienso que es la mejor que el mundo. Me paro en los distintos palos ya sea en la radio, en la televisión o en el carnaval como un murguista, un cupletero que va y va. No puedo decir que soy actor, eso lo dirán los demás».

Su espectáculo

«Autobombo es un espectáculo de humor. Es un resumen de 40 años arriba de las tablas porque yo arranqué a los 8 años. La primer murga la armé en la cuadra con los chiquilines que jugábamos a la pelota y cantamos el algún tablado, en algún cumpleaños».

¿Somos grises los uruguayos?

«Los uruguayos somos menos bulla. Los porteños y los brasileros gritan, son más para arriba, se visten de la puta madre para salir… No sé si somos grises, que buscamos el humor lo buscamos porque los espectáculos de humor son los que llevan más gente. El público necesita la risa».