Eduardo Bottinelli director de Factum, analizó el debate entre Luis Lacalle Pou y el Frente Amplio.
Expresó que «a diferencia del anterior tenemos una comparación que es reciente. Como debate fue mejor por el formato. Fue más atractivo para la gente. También permitió cierto cruce, no tanto como se podría haber esperado o como pasa en otras partes del mundo».
Comentó que «en sí reafirmó algunas cosas que pasaron en el debate anterior y otras que se han ido consolidando a lo largo de la campaña electoral».
Manifestó que «actualmente, en este contexto, Lacalle Pou es el que tiene ventaja, no solo por las encuestas, sino también por los resultados del 27 de octubre y por los acuerdos con los otros partidos. Desde ese lugar lo que hizo fue pararse como opositor y cuando uno se para así, lo que hace es criticar al oficialismo, sea quien sea el opositor y el oficialismo».
Mientras que «Martínez, en una estrategia distinta, coincide con lo que venía haciendo, tuvo cuestiones de ataques personales, defensas personales y algunas menciones a lo que fueron los gobiernos pre Frente Amplios. Y sobre el final estuvo marcando uno de los flancos débiles de Lacalle Pou, que es la coalición, la cual también es una fortaleza».
Bottinelli señaló que «Lacalle Pou tenía menos necesidad de conquistar votantes mediante el discurso y uno de los recursos que le servía como mensaje, era la crítica al Frente Amplio».
Explicó que «en términos comparativos, Martínez salió más favorecido que en el anterior. El resumen de este debate es que no tiene un ganador claro. Lacalle Pou estuvo un poco más débil en el manejo de la escena que la vez anterior».
El sociólogo indicó que «Martínez lo que hizo fue no entrar en la regla, por desconocimiento o pensando que no era lo mejor para él y lo que hizo fue usar el máximo tiempo de exposición para no entrar en un cruce dialéctico continuo».
En cuanto al posible cambio de visión de los votantes, contó que «en el debate anterior sólo el 2% cambió su voto después del debate. La incidencia parece bastante menor. Para que esto moviera la aguja tenía que haber un ganador contundente».