Mario Romano, director de Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO), y el músico Alberto Magnone los creadores del libro «El Estadio Centenario Templo del Fútbol» contaron detalles del mismo, sobre la historia del estadio.
Romano comentó que «el momento inicial fue en la feria del libro en Buenos Aires, donde él (Magnone) estaba presentando el libro ‘La Cumparsita’, y venía con esta idea, dije ‘por acá se puede abrir un camino’ y lo invité a compartir esta aventura».
Hablaron de los momentos históricos del estadio, de los cuales habla el libro y contaron cómo lograron obtener información de ellos, consultando a diferentes personas.
Contaron que «en agosto del 1929 fue cuando se comenzaron los movimientos de tierra para el estadio. Se dice que el estadio se hizo en seis meses pero fueron 9 o 10, porque antes de hacerlo hay que condicionar todo el terreno».
Comentaron que «el terreno tiene un desnivel, por lo que Juan Antonio Scasso (arquitecto del estadio) utilizó una técnica que viene desde los griegos, quienes ponían las gradas sobre la ladera y la tribuna Olímpica está construida de esa manera».
Contaron que la llegada de los inmigrantes se dio porque «en mayo no sabían si venían», para el Mundial del 1930, ya que «faltaban dos meses y el estadio seguía construyéndose», por lo que los trajeron para que trabajen y ayuden a finalizar el Centenario. Señalaron que en esa época «era un país audaz, se animaba a muchas cosas».
Romano y Magnone explicaron la realización de la Torre de los Homenajes, la cual «quiso simbolizar todos los medios de transporte», y comentaron que no se terminó de construir» y quedó así hasta ahora. En cuanto a las nueve ventanas que tiene, señalaron que «siempre se dijo que simbolizaban las franjas de la bandera uruguaya».
Destacaron que «lo que realmente es patrimonio histórico es la Torre de los Homenajes y no el Estadio Centenario en sí», por lo que «cuando se habla de lo que va a pasar con el estadio» se sabe que «la torre no se va a tocar nunca».