Leandro Pauletti y Leandro Gómez, testigos y víctimas de los destrozos en Pocitos y Kibón, tuvieron que esconderse para evitar ser agredidos físicamente.

«No conocían el barrio, se metieron en la boca del lobo, a 40 metros estaba la puerta de la décima»

Pauletti paseaba el perro cuando escuchó un ruido extraño. Era el rebote de un monopatín que era arrojado al aire y se estrellaba contra el piso una y otra vez.

Explicó que llegó a su casa cercano a la hora 1:00, sacó a pasear el perro y le llamó la atención la cantidad de Policía no habitual para un sábado.

Señaló que sintió «un ruidaje extraño y cuando llego a la esquina veo una horda que venía de muchachos, calculaba que estaban entre 16 y 23 años. Avanzaban con mucha violencia y venían rompiendo, eso era lo que generaba ruido». Comentó que para su protección se metió en el edificio.

Indicó que subieron por la calle Pereira, lo cual «rebelaba que no conocían el barrio. Se metieron en la boca del lobo, a 40 metros estaba la puerta de la décima».

Expresó que le llamó la atención «la falta de precaución policial, porque había ocurrido algo similar una semana antes y venía una horda de muchachos rompiendo todo a dos cuadras de la Seccional».

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«Pasaban y te gritaban te rompimos todo», «El seguro llegó antes que la policía»

Gómez por su parte, contó que estaba en la casa de un amigo a cenar y cuando se estaban por retirar, empezaron a sentir ruidos y gritos desde la rambla.

Comentó que «cuando pasó la bandada bajamos a ver qué había pasado y la puerta del edificio estaba destrozada. Fuimos a ver cómo estaba el auto y la misma gente volvió a correr y nos tuvimos que meter».

Explicó que «nos insultaban, nos gritaban, venían tapados con gorras y pañuelos»

Expresó que «nos conformamos y consolamos de que estamos sanos. Pudo haber pasado cualquier cosa». Agregó que «estuvimos desde la una hasta las tres de la mañana para irnos a casa».

Señaló que «el seguro llegó antes» que la Policía, y «cuando estaba sacando las fotos pasaban y nos decían ‘les rompimos todos’, ‘¿qué son? ¿La prensa?'». Explicó que terminó con el seguro, volvió, hizo el parte y la Policía no había llegado.

Indicó que «lo insólito era que los padres llamaban a los hijos para decirles que no vuelvan porque estaban destrozando todo».

Además manifestó que los padres de los implicados, quienes estaban junto a los denunciantes en la comisaría, conocían la dirección de la Fiscalía donde tenían que ir, dando a entender que los menores contaban con antecedentes.

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