En su columna de historia en De taquito a la mañana, Alejandro Giménez relató el primer siglo de vida del Parlamento uruguayo.
“Antes de su existencia, los legisladores se reunían en el Cabildo de Montevideo. En aquel entonces, los legisladores eran hacendados, personas acomodadas que no necesitaban escritorios”, narró Giménez.
“Cuando asume Batlle y Ordóñez, surgen dos proyectos para diseñarlo. Uno de ellos había sido realizado por un arquitecto italiano, Vittorio Meano, quien también había diseñado el Congreso Argentino”.
“Meano tenía 44 años y era un hombre muy exitoso, pero un día sale de su casa y cuando vuelve, se encuentra a su esposa con un antiguo empleado de la casa. Este mucamo saca un revólver y mata a Meano”, contó Giménez.
“Dos meses después, se decide aceptar el diseño de Meano, pero el arquitecto nunca se enteró”.
“Gaetano Moretti, arquitecto italiano también, fue el contratista para llevar a cabo la obra”, aseguró el historiador.
¿Un dato curioso? Hubo, en la construcción del Palacio Legislativo, un jugador muy conocido de la selección uruguaya de aquel entonces: se trató de José Nasazzi, capitán de “La Celeste” en los Juegos Olímpicos del 1924 y 1926, y en el Mundial de 1930.
“De cara al centenario, habrá restauraciones varias, entre ellas de fachadas, y la idea es dignificar un poco ese espacio que rodea al Palacio Legislativo”, contó Giménez.
“Esta legislatura ya creó una comisión de los 100 años de creación del Palacio Legislativo que se conmemorará el 25 de agosto de 2025”, concluyó el columnista.