Las encuestas revelan una importante aprobación ciudadana de la gestión del presidente.

Escuchá la columna de Antonio Ladra, Lugar a dudas.

 

Durante las crisis es cuando se puede distinguir a un líder. Lo estamos viendo ahora, aquí en nuestro país. El presidente Luis Lacalle Pou cumple hoy un mes en el poder y, según dos encuestas, Factum dada a conocer este lunes y Equipos en la víspera, las aprobaciones ciudadanas superan largamente el porcentaje de votos con los que llegó a la presidencia que recordemos que fue un 48%. 64% Factum y 65% Equipos son los porcentajes de aprobación del mandatario en este primer mes de gobierno, mediado casi únicamente por la lucha contra el coronavirus.

La ciudadanía ha premiado a Lacalle porque ha conseguido tomar las decisiones justas en el momento justo, generando con ello una ola positiva con su gestión de crisis, apuntalada por su mejor escudero, el secretario de la presidencia Álvaro Delgado, quien encabeza generalmente las conferencias de prensa siendo claro, directo y transparente.

Lacalle ha conseguido también, (quizás lo más complicado), domar a la oposición para que no le pueda poner trabas en el camino, especialmente la política del Frente Amplio y la social del PIT CNT.

Ninguna encuesta ha preguntado sobre como se ve al Frente Amplio y al PIT CNT en esta emergencia. Sería un buen ejercicio.

El PIT CNT realizó hace 15 días una protesta contra el gobierno, pero los números son claros en cuanto a que no se ha visto afectado en la imagen de Lacalle y, como contrapartida en cierta medida ha sido un bumerang para la dirigencia sindical a lo que se sumó el factor Molina. Recordemos que se conoció un audio del principal dirigente de los trabajadores de Antel (Sutel) e integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT CNT el comunista Gabriel Molina, dirigido a los trabajadores de su gremio donde insulta a Lacalle. El insulto tapó lo que para mí fue lo más grave e indignante: escuchar a un dirigente sindical decir que «a nosotros nos dejan muy expuestos porque, públicamente, salir a decir que no queremos que se nos descuente para darle a los que precisan, nos deja muy mal parados «.

Molina se disculpó por sus dichos. Pero a no dudarlo, en términos de imagen, el audio de Molina favoreció a Lacalle. Todo esto pasó en esta última semana y parece que ha pasado mucho más tiempo.

A todo esto, en FA algunos dirigentes leyeron el panorama que se está presentando y que no le es favorable y cambiaron el talante respecto del gobierno. Primero fueron algunos dirigentes aislados y este lunes fue Danilo Astori quien dio un fuerte impulso a la búsqueda de un entendimiento con el gobierno, cuando dijo que se estaban tomando las medidas adecuadas, aunque aclaró que había que profundizarlas.

Ayer, martes, en el marco de ese nuevo “estado del alma” entre gobierno y oposición el presidente recibió a una delegación del Frente Amplio que presento una serie de medidas para hacer frente principalmente a las consecuencias sociales de la pandemia. Tras la reunión se echó aceite en la relación gobierno oposición.

En todo esto ha sido llamativa la ausencia de Daniel Martínez quien fuera el candidato del Frente Amplio, y que bien hubiera podido tomar el toro por las astas y ante la confusión reinante en el Frente Amplio y la falta de una conducción firme pudo haber encabezado una oposición constructiva. Perfectamente Martínez podría haber dado su opinión sobre la necesidad de estar al lado del gobierno apoyando a quien enfrentó en las elecciones nacionales. Hubiera sido una muy buena señal. Es cierto que para Martínez es difícil marcar una posición porque en última instancia no tiene el respaldo de una bancada. Pero a no dudarle que hubiera sido un buen momento para no especular y demostrar que no es un solo un candidato, sino que puede y que quiere ser un líder partidario. Prefirió no hacerlo y jugar en lo corto su partido por la reelección en Montevideo. Ese es su objetivo.

En coalición multicolor más allá de Lacalle y Delgado, ha sido destacable el trabajo del canciller Ernesto Talvi, cuya gestión para traer uruguayos al país y sacar extranjeros ha sido exitosa y reconocida ampliamente. El ministro de Defensa Javier García también ha jugado un papel destacado poniendo en acción a la tropa encargada de vigilar las fronteras y dar apoyo para enfrentar el virus.

La figura de Salinas, el ministro de Salud Pública ha cobrado importancia justamente por el momento que se vive, pero es indisimulable la tensión que hay con la dupla Lacalle –Delgado. Ahí no hay buena química.

Salinas en tanto debe lidiar con los problemas internos en su propia cartera. Según reveló la diaria, los referentes técnicos de todas las áreas de la División de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública pusieron el miércoles 25 sus cargos a disposición, pero las renuncias no fueron aceptadas. En la nota de renuncia plantean que hay una “desarticulación” entre la recomendación técnica de la división “y la toma de decisión en niveles superiores”.

El líder de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos lo ha respaldado y ha tenido que aventar los rumores de renuncia del ministro de salud. Si eso hubiera ocurrido está claro que no hubiera sido una buena señal y seguramente hubiera afectado la imagen del presidente.

Hasta ahora la orquesta del gabinete multicolor viene afinando bastante bien salvo lo anotado y algunas salidas de tono como ocurrió con Manini. El mensaje hablando en un video como si él fuera el gobernante no cayó nada bien en el piso 11 de la Torre Ejecutiva. Una vez más Manini busca marcar los tiempos y los ritmos de la coalición y lo quiere hacer por afuera sin registrar que esas salidas de tono no caen bien en la población.

Se vienen momentos duros, muy duros, sobre todo por la afectación del empleo.

La Organización Internacional del Trabajo hizo público un informe en el que alerta que entre 5,3 y 24,7 millones de puestos de trabajo están en riesgo por el coronavirus. La cifra exacta dependerá de la caída del crecimiento del PIB, que la organización calcula entre un -2% y un -8%. Según datos del organismo, la recesión global de 2008-2009 se llevó consigo un total de 22 millones de puestos de trabajo en el mundo. En esa Uruguay ni se enteró, pero de esta los números son elocuentes: 80 mil personas fueron enviados al seguro de paro desde que se desató la crisis del Covid-19

Por ahora la epidemia aquí en Uruguay está más o menos controlada y está dentro de los parámetros que se marcó el gobierno sin necesidad de decretar la cuarentena obligatoria pero no hay que bajar los brazos.

Si en algún momento se ve en la obligación de poner a hibernar al país se debe hacer en conjunto con los agentes sociales, trabajadores y empresarios y la oposición. De esta manera todos estarán codo con codo junto con el gobierno frente a la pandemia. Como una causa nacional.

Foto: Gastón Britos / FocoUY