Lugar a dudas, por Antonio Ladra. En Punto de Encuentro.

“El derecho a la propiedad privada sólo puede ser considerado como un derecho natural secundario y derivado del principio del destino universal de los bienes creados, y esto tiene consecuencias muy concretas que deben reflejarse en el funcionamiento de la sociedad”.

No es una frase escrita o parte de una proclama del PIT CNT. Lo escribió el Papa Francisco en la encíclica “Fratelli Tutti”, el tercer documento de este tipo que se publicó el pasado domingo y que es su propuesta para construir “un mundo más justo”.

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Las ideas políticas que expone Francisco en el documento no son nuevas, la mayoría forman parte de sus discursos públicos, pero es una síntesis de un programa político salvo que el líder político es el Papa. Así, arremete contra el consumismo, la globalización despiadada, el liberalismo económico,el populismo, la tiranía de la propiedad privada sobre el derecho a los bienes comunes, la falta de empatía hacia los inmigrantes o, incluso, el control que ejercen las compañías digitales sobre la población y la información.

En la encíclica el papa se ubica en un lugar de equilibrio, justo lo que le falta a muchos lideres mundiales.

A lo largo del documento Francisco cita a Martin Luther King, Desmond Tutu y a Mahatma Gandhi y por ahí está su corpus ideológico, de donde se nutre.

El neoliberalismo es señalado con rigor por el Papa: “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”, apunta. “Hay reglas económicas que resultaron eficaces para el crecimiento, pero no así para el desarrollo humano integral”, insiste en el texto.

Hoy hay un debate, que es viejo, pero que en el marco de la discusión presupuestal surge con mayor fuerza: ¿Estado o mercado? La encíclica del Papa da pistas de por dónde hay que ir.

El Papa alude también a la expresión “abrirse al mundo”, que según él ha sido secuestrada por la economía y las finanzas. “Se refiere exclusivamente a la apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países. Los conflictos locales y el desinterés por el bien común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo cultural único. Esta cultura unifica al mundo, pero divide a las personas y a las naciones”. Una división de la que sacan tajada grandes empresas y naciones para negociar individualmente con los países y tener más fuerza, apunta en una referencia que señala a potencias como Estados Unidos y sus intentos por dividir a la Unión Europea en los últimos años.

Una encíclica papal es, doctrinariamente, palabra de Dios, es la verdad absoluta para los católicos que deben o deberían aceptar sus planteos.

Una gran parte de los católicos del mundo no quieren al papa Francisco y reclaman el pedido de remoción al considerarlo un «Papa falso» o un «anti-Papa». Es que esta doctrina rechina a muchos católicos sobre todo aquellos que están en el poder. Es por ello que muchos de ellos, líderes de derecha, han abandonado su confesión católica para recostarse a los grupos y sectas cristianas no católicas.

Más allá de las dudas acerca de su pasado, creo que este Papa, Bergoglio, es quizás actualmente uno de los líderes mundiales más importantes del mundo.

En tiempos de pandemia, habría que escucharlo.

Foto: Mauricio Zina / FocoUy