La carrera por el llenado del álbum pasó a ser una actividad prácticamente de adultos, donde los coleccionistas invierten miles de pesos para alcanzar el objetivo.

Un nuevo torneo internacional de fútbol se prepara, y el furor se dispara. Qatar 2022, a diferencia de mundiales anteriores, se desarrollará entre noviembre y diciembre, lo que ocasionó cambios en el cronograma comercial. Por ejemplo, el lanzamiento y distribución de figuritas coleccionables, fue una de las actividades que se vio retrasada. Sin embargo, lejos estuvo de verse perjudicada la venta, ya que los uruguayos se lanzaron a las calles para conseguirlas lo antes posible.

Punto de Encuentro estuvo en diálogo con el representante de Panini en Uruguay, Nicolás Lerner, quien explicó que la colección de álbumes y figuritas de fútbol suelen considerarse “la primera conexión del público con el mundial”, ya que allí el coleccionista entra en contacto con los equipos, sus escudos, los estadios y los símbolos FIFA. Filas de hasta una cuadra podían verse en los locales montevideanos de la multinacional, que desde finales de la década de los sesenta, se dedica a la publicación de álbumes de fútbol.

Figuritas brillantes y comunes de la edición 2022. Foto: Cynara García.

¿Cuánto cuesta completar el álbum de Qatar 2022 en Uruguay? Es una pregunta que ronda en la cabeza de los fanáticos y coleccionistas. El total de figuritas en esta edición son 638, y según explicó Lerner a Punto de Encuentro, se calcula una inversión aproximada de un poco más de $ 5.000 pesos. Este hizo una puntuación importante: hay que tener en cuenta el factor intercambio. “Es parte de la idiosincrasia de lo divertido”, afirmó.

Escuchá las declaraciones del representante de Panini, Nicolás Lerner sobre el llenado del álbum:

Por otra parte, Lerner confirmó que en Uruguay hay una gran tradición de coleccionismo de álbumes. Se da un “fenómeno particular”, sobre todo en las ediciones mundialistas por tener el uruguayo un fuerte vínculo con el fútbol.

La colección de álbumes puede verse como una actividad puramente de entretenimiento. Sin embargo, hay quienes ven a estos objetos como testimonios históricos. El periodista uruguayo, Luis Prats habló con Punto de Encuentro y explicó que para él -que recopila además elementos vinculados al fútbol y los mundiales desde 2014- tiene un valor periodístico al cual ha logrado sacarle provecho ya que es una forma de «recuperar la memoria».

Prats recordó que para un aniversario del mundial Maracaná 1950, utilizó el álbum que se imprimió ese año como insumo para la realización de una nota periodística ya que en él, se encontraban las imágenes de los veintidós campeones uruguayos, algo difícil de conseguir hoy en día.

Escuchá las declaraciones del periodista, Luis Prats sobre el valor histórico:

En los álbumes antiguos, se necesitaban varias figuritas para completar la imagen de una selección. Foto cortesía de Luis Prats.

La emoción del coleccionista muchas veces se ve amenazada por el fantasma de la «figurita difícil», el cual parece no quiere desaparecer. Desde Panini se desmiente ese rumor afirmando que el ensobrado es «aleatorio y automático, y que se imprimen la misma cantidad de figuritas».

Escuchá las declaraciones del representante de Panini, Nicolás Lerner sobre la figurita difícil:

Sin embargo, la construcción de esta creencia tiene un porqué. Según relató Prats, durante su niñez, el coleccionismo en nuestro país era «más sufrido». Hasta la llegada de los álbumes italianos, existía una industria local que si bien era «bastante floreciente», no dejaba de ser pequeña.

En la década de los sesenta, las editoriales locales imprimían hasta dos álbumes por año, y cuando se acercaba el mundial, la competencia entre «Novedades crack» y «Mundo infantil» se intensificaba.

Escuchá las declaraciones del periodista, Luis Prats sobre los álbumes uruguayos:

Los niños veían circular dos álbumes al mismo tiempo y la forma que tenían la casas editoriales de lograr adhesión, era la otorgación de premios. Finalmente, esa iniciativa fue suspendida porque al no contar con el respaldo de una empresa internacional como sucede hoy, los responsables no cumplían con la entrega a los ganadores o directamente, no imprimían la totalidad de figuritas para que nadie ganara. Por esta razón, la imagen del revendedor y el mercado secundario de compra y venta no es nuevo.

Premios para quienes lograban completar los álbumes. Foto cortesía de Luis Prats.

Marcos tiene su mesa de venta y canje de figuritas en una de las tantas esquinas de 18 de Julio. Le contó a 970 Noticias que actualmente está desempleado y que comenzó con el negocio desde el mundial Rusia 2018. «Sirve para complementar. Le ganas un poquito, pero para sacar un jornal da», explicó.

En su puesto, Marcos tiene un gran despliegue de figuritas y álbumes. Jóvenes y adultos mayores se detienen a consultar sobre los precios, lo cuales varían según la pieza. Por ejemplo, las brillantes comunes salen $100, mientras que estas mismas de Uruguay y Argentina $150; el mismo que tienen las figuritas extras -las cuales no son necesarias para completar el álbum-. Por otra parte, las simples de nuestra selección tienen un costo de $100. Sin embargo, la figurita del pistolero Luis Suárez, la ofrece a $150.

Puede parecer un precio bastante descabellado si tenemos en cuenta que cada sobre tiene un valor de $40, pero según explicó Marcos, la «inversión» que hacen para conseguir las que todos desean, muchas veces no se compensa con lo que cobran.

Escuchá las declaraciones del vendedor, Marcos sobre la venta callejera:

Las curiosidades que se esconden dentro de los álbumes de fútbol, pueden ser sorprendentes. El de Copa América Argentina – Colombia 2021 es una de las tantas. Un torneo que a quince días de su inauguración, fue reubicado para disputarse en Brasil a causa de las protestas sociales iniciadas el 28 de abril contra el gobierno del presidente colombiano, Iván Duque y el cuestionamiento a organismos internacionales y patrocinadores por no respectar los derechos humanos. «Es un álbum que te está contando una historia, porque te muestra el contexto de lo que estaba ocurriendo socialmente en ese momento», observó Lerner.

En esta misma linea, más allá de las notorias diferencias entre los álbumes antiguos y nuevos como la calidad de las fotografías y la facilidad del autoadhesivo -antes los aficionados las pegaban con engrudo o cola- en ocasiones, las editoriales ponían en foco más que solo a las estrellas de fútbol.

Parte de uno de los álbumes uruguayos de Londres 1966. Foto cortesía de Luis Prats.

En uno de los dos álbumes uruguayos del mundial Londres 1966, podía verse como sobre las fotografías de los jugadores, aparecían dibujados los diferentes personajes de Disney. «Era muy curioso ver a los campeones mundiales de 1930 o 1950 acompañados por el Pato Donald, por ejemplo».

Parte de uno de los álbumes uruguayos de Londres 2022. Foto cortesía de Luis Prats.

Por otra parte, relatores y periodistas deportivos uruguayos como Carlos Solé, Heber Pintos y Jorge «Toto» Da Silveira también supieron ser coleccionables.

Escuchá las declaraciones del periodista, Luis Prats sobre las curiosidades de Londres 1966:

Desde Sudáfrica 2010, Panini incorporó el servicio de completado de álbum para «ayudar» a los coleccionistas, evitándoles la frustración por no alcanzar el objetivo. «Cuantos más álbumes completa la persona, más querés seguir coleccionando», subrayó Lerner. El costo de cada figurita será de $16.

El álbum virtual es otra alternativa. Este producto gratuito de FIFA (descargable ingresando a fifa.com/paninistickeralbum) que usa el diseño de figuritas de Panini, exige una cantidad menor de stickers que el físico y con todos aquellos que lo completen, la federación realizará un sorteo mundial donde se otorgarán 200 premios principales y 300 finalistas.

No obstante, Lerner asegura que el álbum físico continúa ubicado «muy por encima» del digital ya que «lo tangible sigue siendo lo importante, porque lo que se genera, tiene un valor apreciable diferente y más alto».

Escuche el informe completo de Cynara García en Punto de Encuentro:

Foto de portada: Cynara García