“Buenas noches para todos, menos para Luis Rubiales, el presidente de de la Federación Española de Fútbol”, arrancó la mesa de periodistas de Santo y Seña, Alejandro Amaral el domingo a la noche desatando la polémica que había tenido como preámbulo el comentario del conductor del programa Ignacio Alvares en sus redes sociales. 

Álvarez se había manifestado sobre el episodio en el que se vio envuelto Luis Rubiales en la entrega de trofeos, donde en medio de la transmisión oficial quedó registrado dándole un beso a una de las jugadoras en el momento que le colocan la medalla Jenni Hermoso.

“Ponele que el beso de Rubiales no estuvo bien. Pero no da para tanto escándalo. Y si el piquito se lo daba a un jugador campeón del mundo? O una directiva a un hombre? O a la misma jugadora? Además del machisno subyacente acá también juega la manija feminista y el prurito sexual”, escribió Álvarez el fin de semana en su cuenta de Twitter. 

El tema fue tratado en la mesa de Santo y Seña. “Se acuerdan del piquito de Maradona y Caniggia. Un acto en plena euforia. Y un acto por supuesto sin pensar. Es instintivo. No lo premedito. Mucha alegría y te doy un piquito, como cualquiera le puede dar a cualquiera. Después puedo decir si estuvo bien o estuvo mal”, opinó Álvarez.

El conductor de Santo y Seña dijo que es una “reacción perfectamente humana”. “Considerando las circunstancias con el diario del lunes, y si, no está bueno. A mi un piquito que me chocó más fue el del Dalái lama”, opinó y remarcó que está en contra del “escarnio público” que está viviendo el español por el acto que se produjo en los festejos en medio de la euforia del mundial.

“Pero una cosa no quita la otra”, acotó el Bicho Amaral. “Eso era desagradable”, remarcó Pablo Fernandez. “Ahí sí con una asimetría”, agregó Álvarez porque había un niño 

“Para mi lo que acá hay es un notorio abuso de poder en dos personas que están en dos posiciones diferentes”, opinó Fernández con la aprobación de Amaral y la crítica de Pereyra y Álvarez. 

“Es un festejo, hermano”, remarcó el conductor de Santo y Seña y se levantó a darle un pico a su compañero Leo Pereyra para demostrar la intrascendencia del hecho. 

“¿Ahí estoy en abuso? ¿Me vas a denunciar ahora?”, preguntó con ironía el conductor histórico de Santo y Seña a sus compañeros que mantuvieron la crítica al español.