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El barrio Maracaná, en la zona oeste de Montevideo, ha sido foco en el último tiempo de la violencia que se vive en la sociedad. El cuádruple homicidio registrado en la noche del 31 de mayo, donde delincuentes realizaron más de 100 disparos a una vivienda matando a cuatro personas, entre ellas un niño de 11 años, “marcó el punto más alto de la violencia vivida”, según el alcalde del municipio A, Juan Carlos Plachot.
El jerarca del municipio, indicó que desde el 2023 la gente ya no se siente segura. Dijo que “el barrio ha ido creciendo, hay más población, pero las políticas públicas brillan por su ausencia”.
Por su parte, el subsecretario del Ministerio del Interior, Pablo Abdala, señaló la importancia de trabajar en conjunto con las distintas instituciones públicas. En ésta línea, explicó que están generando una base de datos desde los procedimientos de prevención y persecución de delitos “porque detecta vulnerabilidades en determinadas familias que no necesariamente son ni la familia del delincuente ni la familia de la víctima”.
El director de Convivencia y Seguridad Ciudadana, Matías Terra, nos contó sobre el trabajo que realizan, que es ser el nexo entre vecinos y la policía, y agregó: “Lo que hemos detectado últimamente y especialmente tras las intervenciones de algunos barrios, es mayor predisposición de los vecinos a denunciar estos hechos.”
En otro sentido, dialogamos con un referente del barrio como es el diácono y encargado de Pastoral del Preuniversitario “Juan XXIII” Gerardo Benitez. Comentó sobre la “humanización” que buscan generar desde el Centro Pastoral de Servicio. “Es todo lo que tiene que ver con el valor de la vida humana, el respeto, la tolerancia, la dignidad de la persona, los vínculos de fraternidad”. Benitez habló sobre la propuesta para los alumnos de 6to año del colegio: “Tiene que ver con ir al barrio, recorrer todas las casas y convocar a los niños para una tarde festiva en un campito, en una plaza, donde se esté, compartir una merienda y realizar juegos para alegrarles el día, y lograr que los niños se sientan queridos y amados”, concluyó Benitez.
Desde su lugar, Gerardo llama a “no romantizar la violencia”, dijo que según su experiencia en la diaconía, dentro del barrio también se ven gestos de cariño y de amor, “y esa es la noticia distinta”, expresó.
Tratamos de hablar con algunos vecinos del barrio, pero nadie quiso hacer declaraciones, por miedo a la represión. “Nos conocemos entre todos” indicaron.