Atrévete a pensar con Héctor Inzaurralde
En una nueva entrega de Atrévete a pensar, el filósofo y docente, Héctor Inzaurralde se refirió al concepto del tiempo y sus vivencias.
Según explicó Inzaurralde, la ciencia se basa en la definición de tiempo de Aristóteles para explicar lo que conocemos como “tiempo”. “La ciencia asocia el tiempo al cambio, por lo tanto, para que el tiempo esté asociado al cambio tiene que estar asociado al movimiento. El tiempo “sirve”, es el número para poder llegar a medir el cambio entre lo que pasó ayer y lo que pasa hoy”, dijo y agregó “pero antes de Aristóteles, hubo otro filósofo, que fue su maestro, Platón, que decía que el tiempo era como un reflejo, como una sombra, como lo que nos deja entender algo superior que es: lo eterno o la eternidad”.
“El tiempo y al experimentar el tiempo, me doy cuenta que soy un ser finito. Y qué, a lo largo de mi vida, tengo un reloj, un tic tac, un cronos (como le decían los griegos antiguos) que también me va comiendo y me va persiguiendo. Eso nos genera preocupación en vez de ocupación”, aclaró.
Recordó que en un diálogo entre ambos, Platón plantea que el tiempo «es como una imágen móvil de la eternidad, para darnos cuenta, que somos mucho más de lo que estamos siendo o de lo que podemos percibir».
Por su parte, Inzaurralde recordó el concepto del tiempo de otro filósofo, Agustin de Hipona, quien planteaba que el tiempo «está dentro de nosotros» «No es un objeto independiente, no es un ser autónomo. Sino que depende de las percepciones subjetivas que tenemos».
Crisis en la narrativa:
Según explicó el filósofo, para que haya un “hilo conductor” entre los distintos tiempos subjetivos lo que tiene que mantenerse es la narrativa, dijo el filósofo. Y hay “una crisis” del tiempo y de la vivencia porque no nos narramos, no nos contamos las cosas.
Izuarralde citó como ejemplo, un acto escolar. “No estoy a favor del nacionalismo exacerbado, pero los actos patrios te contaban una historia, te presentaban un modelo, te hacían unir el pasado con el presente y había una maestra, una directora que te decía el futuro. En nosotros ¿mantenemos las narraciones intrafamiliares, hay tiempos compartidos de personas que ya no están o incluso como no sabemos vivir el duelo, ni siquiera nombramos a la persona que falleció?, se preguntó.