Jóvenes y liceales que no concurren a centros de estudios a cursar sus respectivos grados, podrán perder sus asignaciones familiares. El BPS se ha mostrado estricto en este aspecto. Está dispuesto a cortar aproximadamente 12 mil asignaciones familiares a aquellos niños y jóvenes que no van a estudiar.
Pero el corte no será tajante, se dará un período de tolerancia hasta agosto. Si la situación no se revé, en esa caso se procederá al corte de asignaciones. Agosto será el mes definitivo para cortar los mencionados beneficios. Para evitar confusiones, se publicarán los números de cédula de los que no hayan cumplido el esencial requisito de ir a la escuela o liceo. Unos 10.000 volvieron al sistema en estos últimos meses, según declaró ayer el presidente del BPS, Heber Galli.
El corte, que implica un cruzamiento de datos entre el BPS, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) se empezó a implementar en 2013, pero se había dejado de hacer el año pasado, entre otras cosas porque la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, estaba en desacuerdo con esto. La medida se vuelve a implementar ahora, acatando un decreto de septiembre del año pasado firmado por el presidente Tabaré Vázquez. Este, sin embargo, flexibiliza de alguna manera la