La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, avanzó un paso más en su intento por reclutar a los republicanos que no se sienten representados por su candidato, Donald Trump, y lanzó esta semana una plataforma virtual dedicada a reunir sus adhesiones. En tanto, Trump sigue generando rechazo con declaraciones desafortunadas y otros exabruptos, a la vez que pierde puntos en las últimas encuestas.
Que la candidatura de Trump causa reticencias entre muchos republicanos no es noticia: la cúpula del Partido Republicano no lo quiere como representante de esa organización política desde el día en que lanzó su campaña. Los votantes más conservadores tampoco confían en un candidato que hace frente al establishment republicano, desafía muchos de los dogmas políticos, sociales y económicos del partido de Abraham Lincoln y hasta se anima a cuestionar a la familia de un soldado caído en la guerra de Irak. Pero lo que sí es novedad es el intento de Clinton de ganarse el voto de todos ellos.
Las primeras pistas, o al menos las más directas, surgieron hace dos semanas, durante la Convención Nacional Demócrata. En ese encuentro, que consagró a Clinton como la candidata del partido, la ex secretaria de Estado no dedicó ningún momento a criticar al aparato republicano -los ataques se dirigieron exclusivamente a su oponente- y hasta evocó al icónico ex presidente de derecha Ronald Reagan, un guiño a los votantes republicanos. Además, varios oradores describieron a Trump como un “falso republicano”, que no es digno de asumir la herencia del “Grand Old Party” por su carácter errático, su visión “oscura” de Estados Unidos y su escasa experiencia política. La dura intervención contra Trump del ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que fue republicano hasta hace unos años, fue el broche de oro