A un año de la llegada de Internet a Cuba la generación wifi se las ingenia para formar parte de la comunicación global. La red pública sólo dispone de 114 espacios de conexión en toda la isla. Estas zonas suelen estar copadas por los usuarios que, para acceder al servicio, tienen que comprar una tarjeta prepaga, a dos 2 dólares la hora (equivalente a 2 CUC, peso cubano convertible).
El furor por la conectividad promueve que lugares como la Plaza de la Revolución, el Balneario Universitario o el Castillito, entre otras, sean las áreas más concurridas de La Habana. Pese a los bajos índices de conectividad (cerca del 1%), la revolución digital se expande y genera nuevas dinámicas urbanas.Para mejorar la experiencia, los diseñadores Luis Ramírez y Michel Aguilar diseñaron un dispositivo que permite navegar por la web con mejores condiciones. Los módulos apilables cuentan con espacios para adultos mayores y discapacitados, poseen dispositivos de recarga USB que se alimentan a través de paneles solares y promueven la socialización y el uso comunitario.
Parawifi es el nombre del mobiliario urbano que se puede instalar fácilmente en las zonas «iluminadas» con banda ancha. Se trata demódulos componibles de acuerdo a las necesidades y espacios disponibles, son de plástico biodegradable y están equipados con pasto sintético. El sistema fue seleccionado para representar al país en la primera Bienal de Diseño de Londres, que se realizará la semana que viene en Somerset House. Y también se verá en laBienal Iberoamericana de Diseño de Madrid, en noviembre.
La pieza es el resultado de una convicción: que el diseño puedemejorar la calidad de vida. Con esta premisa, los diseñadores graduados en el Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI) de la Habana desarrollaron un prototipo, que el gobierno cubano estudia instalar en Santiago de Cuba. “En Cuba, los espacios urbanos no están preparados para este fenómeno. La incomodidad, el clima y la vulnerabilidad se combinan y restan calidad al entorno”, señala Ramírez, vicepresidente de la Fundación Caguayo. “Generamos un lugar de encuentro, que propicie la interacción y humanice la ciudad”, proponen. Si bien la apertura propició el desembarco de Google, la empresa ofrece acceso a la red en forma gratuita, en un centro tecnológico con apenas 40 plazas.
Entre los beneficios, el equipamiento garantiza espacio para 200 personas, es económico y seguro. «Buscamos que sea iluminado, fresco, tranquilo, útil, accesible y autosustentable”, enumeran los autores. Sobre la elección de césped sintético, en vez de natural, dicen: “Está disponible en el mercado, y transmite la sensación agradable del césped natural, además de su durabilidad ante la acción del sol y la lluvia”.
En cuanto a la energía eléctrica, la recarga partirá de paneles solares que se encuentran sobre los módulos superiores: “Estos paneles alimentarán una batería que acumulará la energía y podrá ser utilizada a través de los tomas eléctricos y de los tomas USB. También suministrará corriente a los ventiladores de bajo consumo y a las luminarias LED”, explican los diseñadores cubanos.
vivian urfeig