Todo indica que son cosa del pasado los cumples en casa, con mamás organizando y cocinando todo para recibir a los chicos. Por falta de tiempo, hoy muchas de ellas prefieren delegar los preparativos a un planificador de eventos.
Antonella Di Pietro, event planner, cuenta que, en general, “la mamá busca el detalle que diferencie la fiesta de su hijo de las demás”. Se trata de personalizar al máximo. Para esto, las empresas ofrecen adaptar su propuesta a cada necesidad. Además, parece casi indispensable idear una temática para la fiesta, sea un personaje, una paleta de color o un concepto. Así, se unifican los detalles para un evento único.
Otro cambio en las preferencias es la elección de un salón en lugar de hacerlo en el hogar. Alessandra Siveri, de Ales Events, dice que brinda soluciones y permite “llegar a tu casa y tener todo limpio”. Otra de las ventajas es que, en ellos, habitualmente se pueden contratar casi todos los servicios.
En el caso de Pequeña Sociedad, por ejemplo, Melina Vernik ofrece ocuparse del catering, las invitaciones, la música, la animación, la torta, la piñata y hasta los souvenirs. Todo simplificado en un solo lugar y un mismo presupuesto. Claro que los precios difieren. Una discreta y linda fiesta en casa para quince chicos puede rondar los 800 pesos. Si los invitados son más y se incluyen adultos, el salón con el catering, los mozos, la ambientación, los souvenirs y la animación, se estima en 2.500 pesos, según día y horario.
Juegos para todos
Siveri agrega que el pelotero se va dejando atrás y se está volviendo más al juego participativo. Hoy existe una cantidad indescriptible de opciones en animación (a partir de 850 pesos). Más allá de los shows musicales, los chicos pueden disfrutar de una kermesse deportiva o de una experiencia virtual con cine 3D y consolas de videojuegos. Hay quienes eligen ser cocineros por una tarde, cuando preparan sus propias galletitas. O chicas que eligen ser modelos y son atendidas por una maquilladora y un peluquero.
A pesar de la practicidad de los productos de copetín, las madres ahora se inclinan por alimentos más sanos: pizzetas, sándwiches con formitas y muffins salados están entre los elegidos. “Varias mamás me piden cosas naturales: tomatitos cherry, brochettes de frutas, cubos de queso, pero los chicos siempre terminan pidiendo papas fritas”, dice Vernik.
La mesa dulce es el rincón mágico, con golosinas vinculadas con el tema elegido. Nunca faltan las macetas con arbolitos de caramelos o malvaviscos (35 pesos aprox.) y los chupetines de chocolate.
En cuanto a la torta, hay dos opciones básicas: la torre de cupcakes o la torta con personaje (80 pesos el kilo). Y en souvenirs, se usan las piñatas de estilo mexicano, con flecos, muchos colores y el personaje del tema elegido. Si la fiesta es en salón, mejor olvidarse del papel picado, está prohibido por lo complicado que resulta.
En tanto, la histórica bolsita plástica quedó en el olvido. Hoy los más elegidos para los chiquitos son rompecabezas con imán (5 pesos) o títeres de dedo (6 pesos). También, comestibles como cupcakes en coquetas cajitas, o cookies decoradas con glasé de color (7 pesos). Otra posibilidad, aunque bastante más cara, es optar por sets de vajilla pintados a mano y personalizados (250 pesos el set).
Cotillón con diseño
El cotillón se reinventa con productos originales, desde frasquitos de estilo antiguo rellenos con gomitas o caramelos hasta pastillaje como corazones o estrellas. Entre otras cosas, hay globos con animal print, guardas comestibles para la torta que se imprimen con el diseño o foto elegido y pompones de papel barrilete para el techo.