Luego de más de 20 años en la práctica médica, el médico estadounidense John Príncipe se cansó de repartir píldoras y ver que sus pacientes igual continuaban enfermos y no les ayudaba en nada a cambiar sus vidas, hasta que un día asistió un curso de cocina saludable en Napa Valley, California. El taller enseñaba a los profesionales de la salud los conceptos básicos de la nutrición y el ejercicio, centrándose no sólo en lo que se debe comer, sino también en la forma de cocinar.
La nueva medicina culinaria proporciona a los médicos información basada en la evidencia sobre educación alimentaria para los pacientes. Conceptos importantes de la nutrición se imparten a través de clases prácticas de cocina que ayudan a los médicos a comprender el diálogo práctico que pueden tener con sus pacientes sobre el cambio de estilo de vida.
¿Es una moda? Lo cierto es que cada vez hay más enfermos (y cada vez más jóvenes) de diabetes, hipertensión o cáncer. Al tiempo que el sobrepeso y la obesidad se considera una plaga mundial de los países desarrollados. Las condiciones relacionadas con la dieta, como la diabetes y las enfermedades del corazón, siguen siendo las principales causas de muerte en Estados Unidos, pero muchas personas no saben lo que la comida sana puede hacer por ello. En ocasiones, los médicos tampoco lo saben.
Príncipe conduce clases de cocina en temas tales como la salud digestiva y el control de azúcar en la sangre. Enseña a los pacientes a preparar sus propios platos saludables, como leche de nuez para aquellos que no pueden ingerir productos lácteos, o chucrut y otros alimentos fermentados para la salud gastrointestinal.
En el Centro Culinario Goldring para Medicina, su director, el médico y chef Timothy Harlan, orienta a sus alumnos para que sean capaces de asesorar a sus futuros pacientes en términos concretos: cómo cambiar los snacks de papas fritas por frutos secos, por ejemplo.
En otros centros ofrecen clases orientadas a proporcionar a los médicos conocimientos que no se imparten en la facultad acerca de la dieta, estilo de vida, la nutrición y cómo se relacionan con la enfermedad: se enseña desde la perspectiva de la comida los aspectos prácticos de lo que los pacientes enfrentan día a día cuando tratan de hacer un cambio sustancial en sus vidas.
La nutrición puede ser enseñada. En Georgetown University Medical Center, Thomas Sherman, neuroendocrinólogo molecular, ha luchado para que se ponga esto en el plan de estudios como un nuevo curso, integrando el metabolismo, la nutrición y la endocrinología.
Demostraciones grupales en salas de conferencias con pocos cuchillos, una tabla de cortar, y una sartén portátil. Esas pocas herramientas son suficientes para mostrar a sus pacientes cómo cocinar un grano entero con verduras frescas picadas y una vinagreta hecha en casa, una receta con un sinfín de variaciones.
Príncipe dice que escribe tan pocas recetas que los visitadores médicos ya no lo visitan más, le gusta usar su talonario de recetas médicas para las recetas de cocina. Esta nueva medicina puede transformar totalmente la visión de nuestros médicos, es una revolución desde adentro de las universidades y esto hará que los médicos se reconcilien con su profesión siendo cada vez más creativos.
Ya está probado por la ciencia que la alimentación influye en muchas enfermedades, sobre todo en las más comunes de los países avanzados y que conllevan enormes costos económicos.Los países que han cambiado sus costumbres alimenticias acercándose a la comida industrial (azúcares y alimentos procesados) se están enfermando y están desarrollando los mismos problemas de salud que otros países occidentales.
Aunque no podemos pretender que todos los problemas de salud se resuelvan con la alimentación, llevar una vida equilibrada y una dieta saludable puede conseguir que vivamos mejor más tiempo, que enfermemos menos y que necesitemos menos medicamentos.
La oportunidad de utilizar la medicina culinaria para prevenir y tratar la enfermedad es sustancial, y la medicina culinaria debe ser considerada como parte tanto de la historia médica como del plan de tratamiento. Todos los médicos deben ser capaces de escribir las recetas culinarias de la medicina y saber cómo los alimentos, así como la medicina, trabajan en el cuerpo.
FUENTE CLARIN