Entre las 71 historias que se llevó la tragedia de Chapecoense, una nació entre el horror. Es la de Johan Alexis, un adolescente de 15 años que guió a los rescatistas a donde había sobrevivientes por un camino alternativo en el medio del cerro El Gordo, a pocos kilómetros de Medellín.
El primero de los heridos al estrellarse el avión de LaMia recibió la ayuda de este chico al que llamaron «ángel» y otros «fantasma» por haber salido «de la nada» y desconocerse su identidad. Hasta este jueves, cuando el diario El Colombiano lo encontró y contó su historia.
Johan Alexis y a su padre, Miguel Ramírez, estaban mirando televisión en su casa del municipio de La Unión, cuando «el fuerte zumbido y un estruendo similar al de un trueno los paró de la cama». Salieron a ver qué había pasado pero no alcanzaron a ver nada por la niebla. Eran las 21:54.
Minutos después, el chico se enteró del accidente del LaMia 933 por televisión. «Aún no lo sabían pero estaban a cuatro minutos caminando de donde cayó el avión«, detalla el diario.
“Ya había algunos bomberos y policías cuando llegamos, gritaban que a un lado había uno, que allí estaba el otro. Comenzaron a sacar los heridos pero estaban abriendo hacia el morro y así era muy demorado, así que les dijimos que había un camino más fácil y más rápido”, contó Johan Alexis, que estuvo casi tres horas ayudando a los rescatistas.
El chico y su padre los guiaron por un atajo que siempre toman cerca de sus cultivos de tomate y que los lleva directo a la ruta. “Ya estaban saliendo con Alan (Rushell, el primer rescatado) y le dije a un bombero que era como uno de los jefes que yo conocía el camino, los acompañé y me vine corriendo donde estaban los policías para decirles que teníamos uno de los heridos en la ruta”, relató.
Johan dijo que se dividió con su padre para que cada uno guiara a un grupo de rescatistas. «Hubo uno al que cargamos unos diez o quince metros pero murió, no alcanzó a llegar a la ruta”, agregó.
«No era niño ‘fantasma'», dice El Colombiano en el subtitulo de esta historia. «Por la imposibilidad de contactarlo, muchos medios de comunicación reseñaron la historia de Johan como el niño “fantasma”. Algunos rescatistas confirmaron su ayuda pero nadie dio razón de él luego de varias horas de la caída del avión que transportaba a la delegación de Chapecoense», dice el periodista Mateo Isaza Giraldo, quien encontró al chico.
“Subíamos por más heridos cuando cerca de las 2:00 de la madrugada. un policía nos sacó ‘mal sacados’, nos dijo que nos fuéramos, que quién sabe con qué intenciones habíamos ido. Un bombero discutió con él y le dijo que estábamos colaborando. Para evitar problemas volvimos”, concluye su testimonio en la nota.
FUENTE:AGENCIAS