Al llegar la primavera, se asoman esos kilos extras que se ganan en el invierno dado que con temperaturas más bajas se consume un extra de calorías. Sin embargo, es importante no someterse a dietas rígidas, ni eliminar un grupo de alimentos. Estar atentos e incrementar la actividad física pero sin lesionarse en el gimnasio porque se pretende hacer en dos meses todo lo que no se hizo durante el año.

Ser cuidadosos al condimentar y moderar el aceite, las verduras por su riqueza en fibra, brindan saciedad y es más fácil reducir la porción
Ser cuidadosos al condimentar y moderar el aceite, las verduras por su riqueza en fibra, brindan saciedad y es más fácil reducir la porción.

Con estos consejos, no es difícil ponerse en forma para lucir mejor:

1) Organizar la semana para incorporar la actividad física: puede ser una caminata, iniciar un plan de ejercicios al aire libre, en el gimnasio o en tu casa, o tal vez, ir al trabajo o facultad en bicicleta! Al realizar ejercicio, aumenta el gasto calórico se activa el metabolismo y favorece el descenso de peso. Si estás entrenando, cambia la rutina y agrega ejercicios de mayor intensidad, intermitentes de corta duración para estimular el metabolismo de las grasas en el músculo.

2) Iniciar las comidas con una ensalada fresca y ser cuidadosos al condimentar y moderar el aceite. Las verduras por su riqueza en fibra, brindan saciedad y es más fácil reducir la porción. Agrega proteínas magras o legumbres para completar el plato. Pero estar atentos con los aderezos con mayonesas y cremas, croutones, queso brie, etc ya que pueden ser una trampa muy calórica.

3) Armar un entorno favorable: no dejar a la vista frascos transparentes con galletitas, golosinas, cereales. Es preferible colocar en la mesada una fuente con frutas, tener en la heladera verduras listas para consumir, contar con pickles o pepinos en vinagre, seleccionar quesos magros, etc. Lo mejor es retirar del alcance de la mano todo aquello que te tienta o te cuesta controlar.

4) Desayunar siempre y Hacer una pausa en la tarde para merendar: es el reaseguro para llegar con más control a las comidas principales.

Organizar la semana para incorporar la actividad física: puede ser una caminata o ir al trabajo en bicicleta
Organizar la semana para incorporar la actividad física: puede ser una caminata o ir al trabajo en bicicleta. Foto: LA NACION

5) Si la hora del almuerzo o cena se atrasa, programa una colación. Muchas veces se come por automatismo. Evita pasar por la cocina cuando regreses del trabajo o de estudiar y salir de la rutina de pasar por la heladera, y comer una porción de tarta o pizza fría que quedó del día anterior casi sin pensar

6) Si planificas cenar en un restaurante, intenta tener en claro aquello que vas a elegir, y no mires el menú. Prefiere una carne o pescado a la parrilla con verduras que habitualmente no se consumen en la casa. Alejar la panera puede ser el paso más importante para comenzar una gran cena sin excesos.

7) Evitar los ayunos durante el día y no resuelvas el almuerzo con una fruta. Llegar a la cena con hambre invita a comer en exceso y se pierde el foco.

Evitar los ayunos durante el día y no resuelvas el almuerzo con una fruta
Evitar los ayunos durante el día y no resuelvas el almuerzo con una fruta. Foto: LA NACION

8) Intenta elegir colaciones que no superen las 100 calorías: llevar 1 fruta o bien ensalada de frutas en un tapper, una bolsita con puñado de frutos secos mixtos (30 gramos), un turrón, y si estás en casa: bastoncitos de verduras, 3 o 4 kani kamas, una porción de 30 gramos de queso magro o gelatina sin azúcar. Evita los picoteos descontrolados.

9) Sirve la comida en platos más pequeños: achicar la porción es la clave.

10) Si comes afuera y te sirven una porción «generosa», separa un 20% de la comida que tienes en el plato. Investigaciones de la Universidad de Cornell, revelan que consumimos el 92% de la comida presente en el plato. Si vemos menos comida podremos controlar mejor la porción.

Para no fallar en una dieta saludable

Recuerda hidratarte correctamente: preferir el agua, al menos 8 vasos al día; las infusiones, jugos, gelatinas también cuentan.

Intenta preparar platos nutritivos, ligeros y atractivos, sin perder de vista el placer de disfrutar aquellas cosas que más te gustan.

Es importante elegir siempre «la unidad»: Un chocolate pequeño, una porción de helado en la heladería en lugar de comprar el kilo para casa, el paquete de galletitas o la bolsa grande de pochoclo.

Finalmente, es necesario «Declarar aquello que deseamos» y plantear una estrategia que permita alcanzar el objetivo, con una adecuada planificación y apropiarse de los hábitos saludables que permitan mejorar el estilo de vida y mantenerlos en el tiempo.

FUENTE:LA NACION