Japón es el país con la mayor proporción de ancianos del mundo. Más del 26% de su población tiene 65 años o más. En 2015 el número de personas mayores de 80 años alcanzó por primera vez los 10 millones, anunció el gobierno.
Y la perspectiva es que el envejecimiento siga avanzando. Las autoridades calculan que para el año 2030 prácticamente un tercio de la población japonesa será anciana.
Pero Japón es también una de las naciones donde mejor calidad de vida tiene la tercera edad, según un informe que publicó en 2013 HelpAge International, una red internacional de organizaciones que promueven el derecho de los ancianos a llevar una vida digna, sana y segura.
Y la forma en la que el país hace uso de la tecnología tiene mucho que ver con ello.
1. Códigos QR en las uñas para los problemas de memoria
La demencia es una de las enfermedades que más afecta a las personas de la tercera edad, tanto en Japón como en el resto del mundo. Pero en la nación insular acaban de dar con una solución para que, en la medida de lo posible, las personas aquejadas de problemas de memoria encuentren el camino de vuelta a casa si se pierden.
En Iruma, una ciudad al norte de Tokio, muchas personas con demencia senil están siendo monitoreadas a través de códigos QR instalados en las uñas de los dedos de sus manos y pies.
Los códigos QR se conocen también como «códigos de respuesta rápida» y almacenan información personal en una matriz de puntos o en un código de barras bidimensional.
Estos en concreto se están colocando a modo de adhesivos de 1 centímetro y recopilan información personal del anciano en particular, desde la dirección de su casa, hasta un teléfono de contacto y un número para identificar a la persona.
El servicio no tiene costo y fue lanzado este mes de diciembre por primera vez en el país. Según las autoridades sanitarias de Iruma, la iniciativa nació con el objetivo de ayudar a reunir a familiares con sus ancianos perdidos a raíz de sus problemas de memoria y demencia.
La tecnología le permite a la policía obtener su información personal tan solo escaneando el código, el cual además es resistente al agua y puede permanecer pegado en la uña por unas dos semanas.
Este nuevo método tiene ventajas con respecto al sistema que se estaba usando antes. «Ya existían autoadhesivos con códigos QR para ropa o zapatos, pero los pacientes con demencia no siempre los usaban».