LAS VEGAS.- El CES es el escenario de presentación de tecnología de punta . Si bien en esta feria no se presentan muchos teléfonos, hay algunos lanzamientos que sirven para reforzar algunos segmentos de las compañías. Entre anuncios y presentaciones de smartphones, fuimos a la búsqueda del Blackberry Mercury, una terminal que había sido anunciada pero de la que solo se habían visto fotos y videos.
El Mercury es un modelo de una serie de teléfonos que lanzará TCL, dado que firmó un convenio para la fabricación y comercialización de equipos con la marca Blackberry. Si bien el celular no estaba exhibido en el booth (en donde sí se destacaba el gran abanico de productos de Alcatel, la marca de la que TCL es dueña), LA NACION pudo probar durante unos minutos una terminal prototipo de dicho móvil. Según palabras de una ejecutiva de la empresa, aunque TCL hizo el anuncio previo durante la CES, el BlackBerry Mercury (no es su nombre final) será presentado en forma oficial recién en el Congreso Mundial de Móviles que se realizará en Barcelona a fines de febrero, por lo que estaba guardado y custodiado bajo siete llaves.
El Mercury es una jugada importante dado que significa el relanzamiento mundial de la marca luego de anunciar que dejaría de fabricar celulares por cuenta propia. Blackberry es una marca que tiene mucho apego en el consumidor pero que ha sufrido varios golpes bajos, todos por la poca cintura de la compañía para adaptarse a los nuevos servicios y plataformas; así, la estrategia oficial de la compañía es centrarse en sus divisiones de software y servicios (que son rentables y en crecimiento) y dejar en TCL el diseño, fabricación y -sobre todo- comercialización de los teléfonos; la marca tiene, no obstante, injerencia sobre el diseño, y aporta su tecnología, como la presente en el teclado, además de las modificaciones de software que le hace al Android estándar para sumar funciones corporativas y más seguridad.
Luego de unas pocas pruebas con el Mercury quedan en claro dos cosas. Primero, que, el equipo mantiene la esencia de la marca: es un Blackberry con todas las letras. Por otro lado, el rediseño que sufrió le da un aire innovador sin despojarse de su herencia. El teléfono está construido en metal y se siente bien en la mano, y está dotado una superficie rugosa en su parte trasera, como los últimos equipos de la marca.
El diferencial del teléfono es, claramente, el famoso teclado QWERTY físico que vuelve a sentar las bases de las características propias que hicieron de esta una gran marca. El teclado no molesta y le sienta bien. Es útil, pequeño, sensible al tacto para realizar scroll hacia arriba y abajo deslizando el dedo sobre las teclas (como el Passport) y se utiliza sin problemas en combinación con su pantalla táctil. Incluso tiene un sensor biométrico en la tecla de la barra espaciadora.
Si bien la ejecutiva indicó que a las especificaciones de hardware se les quitaría el velo en el MWC de Barcelona, en la revisión reparamos que utiliza Android 7 como sistema operativo siendo la interfaz limpia y convencional, mientras que en su parte inferior se destaca un conector USB tipo C (reversible). Un dato de color lo aporta la pantalla, que no tiene la relación de aspecto tradicional 16:9 (la relación entre el alto y el ancho); es un poco más corta de lo usual, para dejar lugar al teclado sin cambiar las dimensiones clásicas del equipo.
Se desconoce qué procesador, memoria y cámara usa, pero los últimos modelos de la compañía de equipos con teclado apostaron por hardware de primera línea (más allá de los modelos DTEK, más modestos); sería raro que no fuera este el caso. Habrá que esperar al fin de febrero para conocer más detalles.
FUENTE LA NACION