El microblading es un tratamiento de belleza que permite redibujar las cejas para darles grosor, forma, color y definición, a través de una técnica de maquillaje semipermanente realizado pelo a pelo. Su origen proviene del ‘tébori’, una técnica de tatuaje manual, de 25 años de existencia procedente de Japón y China, en la cual el pigmento o la tinta se implanta en la epidermis.
Es ideal para aquellas mujeres que sufren escasez de pelo en las cejas y perdida de espesor. Sea por exceso de depilación, por el paso del tiempo o que simplemente deseen aumentar la densidad, oscurecer o retocar las mismas, de la manera más natural.
El método se hizo conocido en Estados Unidos en 2015, y en el último año, tuvo una oleada de popularidad en Europa, donde la mayoría de los profesionales que lo realizan fueron implementando nuevas y diversas técnicas. Las «3D Eyebrows» son las más populares, mientras que en Asia se siguen innovando nuevas técnicas como la «6D Eyebrow» del artista experto en microblading, David Zhang.
¿Cómo se realiza?
Es un método de fácil realización, que suele durar entre una y dos horas. Primero se hace un estudio de fisonomía facial para elaborar el diseño adecuado para cada caso. Una vez concluido este paso, se adormece el área y se delinean las cejas con un lápiz, según el rostro del paciente, y luego se trabaja con una pluma de metal con microagujas que depositan el pigmento en la epidermis con sutiles trazos que casi no se distinguen del pelo real.
A diferencia de la micropigmentación o de otros tratamientos cosméticos tradicionales que se aplican en una capa más profunda de la piel, esta técnica se aplica en la epidermis, la capa de piel más superficial, y crea un aspecto de ceja más natural, con trazos más finos y precisos, dándole el marco ideal a los ojos.
Además, se utilizan pigmentos minerales hipoalergénicos, que pueden variar en tonos y en capas de color para lograr el mencionado efecto 3D o 6D, o simplemente las cejas 1D, donde las pulsaciones de cabello van en una misma dirección y se emplea un solo tono.
¿Cuáles son sus beneficios?
1. El efecto conseguido es el de una mirada más natural y definida, embelleciendo el rostro.
2. Rápida cicatrización.
3. No hay tiempo de inactividad, las cejas están listas ni bien se termina el tratamiento.
4. Es ideal para cualquier persona, tanto mujeres como hombres, que deseen mejorar sus cejas, por alopecia o por pérdida de pelo por alguna afección.
5. Tiene una duración cercana a 1 año y requiere poco mantenimiento, solo algún retoque cada 12-18 meses y no necesita de ningún cuidado especial, más allá de los primeros 10 días, donde es mejor no exponerse excesivamente al sol y colocarse maquillaje o cremas.
¿Qué riesgos tiene?
1. Es un tratamiento indoloro, aunque algunas personas pueden llegar a sentir alguna mínima molestia.
2. Evitar el procedimiento si se padece de algún tipo de problema en la piel como psoriasis, irritaciones, herpes, erupciones, ampollas o si se sufre de trastornos de curación, anticoagulantes, etc.
3. No es aconsejable para mujeres embarazadas o en etapa de lactancia.
4. Lo recomendable es utilizar pigmentos inorgánicos con base mineral por ser hipoalergénicos, lo que permite reducir la posibilidad de reacciones alérgicas y lo aconsejable es llevar a cabo una prueba alérgica antes del tratamiento.
5. Se debe tener en cuenta que el procedimiento se realice con material desechable y esterilizado.
6. En mujeres con problemas de diabetes y tiroides, no es aconsejable su realización porque el pigmento podría degradarse con mayor facilidad y en menor tiempo.
Ante cualquier duda, lo conveniente es consultar con un médico especialista, previamente a la realización del tratamiento