Extremadamente fino, flexible, fuerte… y con una conductividad increíble. El grafeno, de tan solo un átomo de espesor, es considerado uno de los materiales clave en el desarrollo de las futuras sociedades tecnológicas, con aplicaciones casi ilimitadas que van desde la electrónica miniaturizada a dispositivos biomédicos personalizados. Su desarrollo beneficiará la creación de ordenadores, paneles solares, baterías, sensores, etc.
Claro que tiene un pero. Hasta ahora, el alto coste de la producción de grafeno ha sido el principal obstáculo en su comercialización. El grafeno se ha producido en ambientes altamente controlados con gases explosivos comprimidos, que requieren largas horas de operación a altas temperaturas y extensos procesamientos al vacío.
Pero los científicos de la agencia australiana Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO) han desarrollado una nueva tecnología para fabricar grafeno, llamada «GraphAir», que, según ellos, es mucho más rápida y sencilla. Elimina la necesidad de un entorno tan altamente controlado, se puede hacer en el aire del ambiente y se lleva a cabo a partir de un vulgar aceite de soja utilizado para cocinar.
Restos de la barbacoa
«Este proceso para la fabricación de grafeno es rápido, sencillo, seguro y potencialmente escalable», dice Zhao Jun Han, investigador del CSIRO y coautor del artículo publicado en «Nature Communications». La técnica consiste en transformar el aceite de soja, un material renovable y natural, en películas de grafeno en un solo paso. Con el calor, el aceite de soja se descompone en una serie de unidades de construcción de carbono que son esenciales para la síntesis de grafeno.
El equipo también transformó otros tipos de aceite renovables e incluso sus residuos, tales como restos de barbacoas y cocinas, en películas de grafeno. «Ahora podemos reciclar los aceites usados que de otro modo habrían sido descartados y transformarlos en algo útil», explican los científicos.
No es la primera vez que los investigadores se dedican a fabricar grafeno en la cocina. Hace unos años, un grupo del Trinity College de Dublín elaboraba su propia «receta doméstica» para producir grandes cantidades de grafeno limpio y de buena calidad con una batidora de cocina de alta potencia (400 vatios), medio litro de agua, de 10 a 25 ml de detergente, y de 20 a 50 gramos de polvo de grafito (se encuentra en las minas de los lápices).