Un grupo de investigadores anunció la creación de una prueba de detección precoz del cáncer de páncreas, una de las neoplasias más mortales a causa de su agresividad y de la falta de tratamientos eficaces en estado avanzado.
En la actualidad, este cáncer se descubre generalmente en estado muy avanzado, pues evoluciona sin síntomas. Asimismo, el 80% de los pacientes muere en el año siguiente al diagnóstico.
En un estudio -publicado por la revista científica “Nature Biomedical Engineering”-, investigadores estadounidenses y chinos presentan una prueba barata y ultrasensible, que facilita diagnosticar precozmente el cáncer de páncreas con una cantidad ínfima de plasma sanguíneo.
“El cáncer de páncreas es uno de los cánceres para los que necesitamos desesperadamente un marcador precoz”, subraya el Dr Tony (Ye) Hu, principal autor del estudio.
La prueba que perfeccionó con sus colegas está basada en la detección de un marcador específico -la proteína EphA2- en algunas vesículas extracelulares, pequeñas burbujas transportadas de célula en célula.
Estudios anteriores mostraron que esas vesículas desempeñan un papel importante en el desarrollo y el avance de algunos cánceres, y en especial en el caso del páncreas.
Cuando surgen de un tumor, estas vesículas serían inclusive capaces de modificar el entorno facilitando las metástasis.
Ya existe actualmente un marcador tumoral, el CA 19-9, pero es poco específico, pues se puede encontrar también en pequeñas cantidades en el hígado, la vesícula biliar y los pulmones de un adulto que goza de buena salud. Su tasa es asimismo muy elevada en caso de pancreatitis (inflamación del páncreas) y de obstrucción de un canal biliar.
La nueva prueba se reveló claramente más eficaz durante un estudio realizado en 48 personas que gozan de buena salud, 48 pacientes con pancreatitis y 59 pacientes afectados de cáncer de páncreas en estados precoces o localmente avanzado. Facilitó detectar más de 85% de los cánceres.
Este resultado debe sin embrago ser validado por un estudio más vasto, antes de poder obtener la autorización de la agencia estadounidense del medicamento (FDA), “probablemente de aquí a dos o tres años”, según el Dr. Hu.