Un exceso en el uso del herbicida Picloram por parte de una empresa, causó destrozos y pérdidas totales en las cosechas de siete productores familiares de La Armonía. Los resultados de los análisis fueron presentados el pasado miércoles por  el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MGAP), durante una conferencia de prensa.

El Director General de Servicios Agrícolas, Ing. Agr. Federico Montes, en la mencionada conferencia, informó sobre los estudios de suelos y agua que el MGAP realizó luego de las denuncias de los productores.   Según lo que explicó el ingeniero, de acuerdo a las muestras que se analizaron hasta el momento, en el agua de la cañada y en el suelo se encontró un herbicida que tiene el principio activo de Picloram.  El asunto es que el producto fue aplicado unas ocho veces mayor a la cantidad recomendada, dosis más que suficiente para destrozar las cosechas de los productores familiares. Montes afirmó que en las tomas de agua y de suelo, no encontraron los herbicidas Glifosato ni Imazetapir, “no los detectamos ni en agua de la cañada ni en el suelo de los invernáculos”, afirmó.  No obstante, el Picloram apareció tanto en el agua de la cañada como en el suelo de los invernáculos, “la concentración de este principio activo es lo suficiente como para dañar como lo hizo con los cultivos del tomate y morrón”, aseguró Montes.

El director indicó que para aumentar el rigor científico y descartar otros productos se hizo un análisis de multiresiduos. Durante la conferencia de prensa, Montes afirmó “Estamos frente a un uso irresponsable de un agroquímico por haber utilizado una dosis altamente mayor a la recomendada y causar la desgracia de un grupo de productores afectados no solo en el daño material y del cultivo, sino también en el impacto anímico y de saber cómo seguir adelante”.

 

Efecto multiplicado

 “El Picloram es un herbicida muy bravo, y lo aplicaron una dosis de ocho veces más de lo que debido. Ocho veces es un disparate, tiene el efecto de como si nosotros mismos se lo hubiéramos dado al invernáculo para matar todas las plantas”, dijo a HOY CANELONES Eduardo Casanova, uno de los productores afectados de la zona de La Armonía  Luego de que los invernáculos fueran destrozados, los productores han probado plantar tomate, morrones y lechugas, pero estos “no resisten y enseguida se secan”. Tal como explicó Montes, el Picloram tiene un efecto residual muy fuerte que sigue en los invernáculos. Por este motivo, el MGAP se comprometió a realizar un seguimiento de las tierras de los invernáculos para ver cuándo se va degradando el efecto.

“Ellos van a ir analizando los suelos y nosotros haciendo pruebas también. La degradación no es de un día para otro, el invernáculo no se lava como el campo afuera.  Empezaremos a laborear las tierras, meterle micro aspersores para darle unos buenos riegos y ver si se va desintegrando. Es algo muy potente y lo dieron ocho veces más de lo permitidó”, reivindicó el productor afectado.

¿Cómo seguir?

“De un momento a otro cambió todo. Te cortaron los brazos y qué haces ahora? Es un tema  muy delicado y no sabes cómo vas a seguir para adelante porque por más que te den indemnizaciones, cuando pasen los meses hay cuentas para pagar y los subsidios no alcanzan para cubrirlo”, expresó el productor.

Sobre la respuesta de lntendencia de Canelones Casanova detalló que se reúnen todas las semanas con funcionarios.  “Esta última vez nos reunimos por las semillas y los fertilizantes para plantar los campos afuera. Estamos viendo los pasos a seguir.  La Comuna nos va a dar un subsidio por tres meses hasta que podamos nosotros empezar a producir algo en el campo”, comentó el productor. “El problema más grave es que no podemos volver a trabajar. La Intendencia nos dio una mano con el tractor para todos los damnificados. Producir en el campo no es lo mismo que en invernáculos, ahora también se vienen las lluvias y eso cuesta mucho.  Con mi familia dependemos de los invernáculos”, manfiestó  Casanova.   Agregó que “no pretendemos que nos den todas las semillas y bonos para plantar,  somos 7 y es mucha la plata que se precisa para plantar en el campo”.

Por el uso indebido de un herbicida, aplicado por una empresa, la realidad de los productores de La Armonía cambió sin aviso de un momento a otro. Son varios los ejemplos de casos de esta índole que han sucedido en el departamento, que demuestran las dificultades de la producción familiar frente a los agronegocios que se establecen en el país, y particularmente en Canelones.