Este viernes, revancha “picante” en Córdoba entre el “Ratón” y el panameño Julio Escudero.
Caril Herrera quedó con la sangre en el ojo, aunque más bien fue en la frente, cuando el 27 de marzo pasado hizo “match nulo” con el panameño Julio Escudero en el Centro de Convenciones de Punta del Este.
Es que en dicha ocasión, estando en juego el título latino de peso supergallo del Consejo Mundial de Boxeo, y ante muy buena concurrencia, entre la que se incluyó la presencia de Mauricio Sulaimán, el presidente del mencionado organismo, la pelea quedó trunca en el tercer round por un profuso sangrado que sufría el “Ratón” a raíz de un choque accidental de cabezas.
En un caso así, el reglamento prevé dos desenlaces: si el combate llegó al cuarto round y el árbitro y los jurados consideran que no hubo intencionalidad en la incidencia, se recurre a las tarjetas y resulta ganador el boxeador que iba al frente en el puntaje hasta ese momento; y si la pelea no llegó a dicho límite, se declara “match nulo”, que fue lo que ocurrió en Punta del Este.
En ese aspecto, entonces, podría decirse que se entiende la bronca de Herrera, quizá hasta consigo mismo, aunque se quejó del estilo enmarañado –y mañero- del panameño; porque estuvo a minutos de perder la pelea, ya que si el corte en su frente se hubiera producido un round más adelante, al menos en la tarjeta de “La Oral Deportiva” iba perdiendo 30/27, ya que Escudero lo había superado en el primero, y en el segundo hasta lo mandó al suelo.
Lo real es que, más allá de cualquier suposición, la “pica” entre el uruguayo y el panameño quedó latente; y por eso Sampson Lewkowicz y Sergio Márquez, promotores uruguayos que organizaron la velada de marzo pasado en Punta del Este, programaron casi de inmediato la revancha para este viernes 11 de agosto, que tendrá lugar en la Sociedad Gral. Belgrano de Córdoba, desde donde VTV televisará en directo.
A los 37 años, el “Ratón” no tiene mucho tiempo por delante para cumplir su sueño de pelear por un título mundial; así que lo primero que debe hacer es despertarse de la pesadilla que ha vivido desde que enfrentó a Escudero, un rival estilizado y rápido que lo dejó con la sangre en el ojo, aunque le abrió una gran herida en la frente.
En 14 años de trayectoria como profesional, Herrera suma 37 triunfos, 22 de ellos por KO, y sólo dos derrotas, ambas en el extranjero: una en Filipinas y la otra en México; pero el pleito no le será nada fácil: con un récord de 16 victorias, 11 de las cuales fueron por KO, 6 contrastes y un empate, el “Kirikiki” –que es 10 años menor y 10 centímetros más alto que el cerrense- no sólo le abrió un tajo: lo derribó, lo tenía contrariado y desenfocado, y hasta lo tuvo por el piso en la pelea de Punta del Este.
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