El misterio de la avioneta Mitsubishi que desapareció en Argentina y llevó casi un mes en ser encontrada terminó resuelto gracias a una perrita que tuvo que postergar su jubilación para este último trabajo heróico.
Se llama Camila y tiene 12 años. Toda su vida la pasó en la brigada canina K de los Bomberos Voluntarios de San Antonio de Areco, en Argentina. El grupo fue convocado a participar en las búsquedas de los restos de un avión que desapareció el 24 de julio y solo el 19 de agosto fue finalmente localizado.
Se trataba precisamente de la fecha de jubilación de la perrita callejera de color negro. Hasta una ceremonia le habían preparado. Pero el deber habló más alto y los rescatistas llevaron a la mascota líder a su última misión. Y fue gracias a su aporte que el equipo logró ubicar a los tres cuerpos detenidos en el fuselaje de la aeronave, en una zona pantanosa del río Paraná.
De acuerdo con el diario La Nación, Camila es una de las integrantes más viejas y condecoradas del grupo, «la única perra de rastreo del país certificada dos veces en Estados Unidos y con premios internacionales». Tanta vocación, sin embargo, se había afectado por un cáncer y los tratamientos que enfrentó para curarlo. Con la edad que además avanzaba, los compañeros vieron el momento para retirarla del servicio, lo que terminó postergado por un significativo día más.
«Cuando la llevamos al lugar del accidente, Camila ladró y se sentó en la zona del cráter de la caída del avión. Ese ladrido significa presencia de restos humanos. Después la alejamos para ver si había más rastros en otra zona cercana, pero permanentemente Camila volvía al lugar de la cola del avión, que era lo único que sobresalía. No había dudas de que estaban allí adentro», explicó a La Nación el jefe del cuartel, Guillermo Testoni.
Con las pistas ofrecidas por la perrita fueron encontrados los cuerpos de las víctimas del accidente: el piloto Matías Ronzano, el copiloto, Emanuel Vega y el pasajero Matías Aristi, hijo del dueño del avión. El turbohélice bimotor Mitsubishi desapareció de los radares poco después de despegar. Equipos de investigación aéreos y navales de Argentina y Uruguay participaron de operativos que se extendieron por casi un mes.