El viernes pasado, en Córdoba, Caril Herrera ganó por KO a los 2’ 06” del primer round la revancha con el panameño Julio Escudero y de esa forma no sólo se sacó la espina que le había quedado después que el primer combate entre ambos el 27 de marzo pasado en Punta del Este finalizara en el tercer asalto –por lo que el resultado fue “match nulo”- a raíz de un choque de cabezas: el “Ratón” conquistó el título de campeón latino de peso supergallo del Consejo Mundial de Boxeo y, de esa manera, también, se paró firme en el umbral de acceso a la chance de pelear por el título mundial de la citada categoría antes de fines de 2017.
Si esa oportunidad se concreta, seguramente será el 31 de diciembre en Japón, para enfrentar al nipón Yukimori Oguni, que es el actual campeón mundial supergallo de la Federación Internacional de Boxeo.
La fecha puede parecer extraña, pero es común y habitual que ese día se celebren todos los años en Japón veladas de boxeo.
Oguni tiene 29 años, ocho de trayectoria como profesional, un récord de 19 triunfos, 7 de los cuales fueron obtenidos por KO, una sola derrota y un empate, además de una característica física que lo pone en eventual ventaja frente a Herrera: mide 1,72; o sea, es 17 centímetros más alto –y por ende con mayor alcance de brazos- que el cerrense.
El único obstáculo que hoy se interpone a la realización de la pelea del “Ratón” con Oguni tiene nombre y apellido: Ryosuke Inasa, que es como se llama un japonés de 23 victorias y dos derrotas que peleará en Osaka por el título mundial frente al campeón el próximo 9 de setiembre.
Si Oguni sale airoso de ese compromiso y retiene la corona, la pelea con el “Ratón” será prácticamente un hecho, como reflexionó para “La Oral Deportiva” el promotor y “match maker” uruguayo Sampson Lewkowicz, radicado desde hace más de 40 años en EE.UU. y unos 20 en Las Vegas, que maneja la carrera de Herrera.
En cambio, si Inasa vence a Oguni, el empresario deberá iniciar nuevas negociaciones con quienes guían la trayectoria del primero.
Es más, hasta fines del año pasado Lewkowicz tenía proyectado que si el cerrense superaba el escollo de Escudero, enfrentara a otro boxeador de su “cartera”: el dominicano Jonathan Guzmán, que hasta el 31 de diciembre de 2016 era el campeón mundial supergallo de la Federación Internacional de Boxeo.
Sin embargo, en la citada fecha Oguni dio una sorpresa, al ganarle por puntos y quitarle el título a Guzmán en Kyoto, Japón, pese a que el dominicano llegó al compromiso en condición de invicto en 22 peleas.
Si Guzmán hubiera retenido el cetro, la concreción de la pelea con el “Ratón” habría sido muy simple, porque Lewkowicz debería haber “negociado” los términos del combate con sí mismo, desde que representa al dominicano y también al cerrense; pero Oguni metió las manos donde el diablo mete la cola, y ahora hay que esperar a ver qué pasa el 13 de setiembre en Osaka, para saber si el actual campeón o Inasa aceptan la propuesta del promotor uruguayo para enfrentar a Herrera el próximo 31 de diciembre.
(Por Jorge Savia)