Dentro de uno de los módulos más complejos de una de las cárceles más pobladas de Uruguay, como es el Comcar, este año comenzó a funcionar un proyecto de educación no formal que resultó ser el primer centro cultural dentro de una cárcel, en el módulo 4to del Comcar.
La idea surgió en setiembre del año pasado y la propulsora fue la joven de 27 años Rocío Morales una docente de literatura que da clases en la cárcel, su objetivo era explorar la creatividad de las personas privadas de libertad.
Rocío Morales está al frente del Proyecto Almendro, que brinda talleres artísticos y culturales a los reclusos interesados.
«De Taquito a la Mañana» habló con ella sobre dicho proyecto.
“Me generó curiosidad saber qué pasaba desde lo cultural dentro de la cárcel” comentó Morales.
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