Sebastián Chittadini es licenciado en Ciencias de la Comunicación y se presenció todos los partidos de Uruguay en el Mundialito, aunque no recuerda nada debido a su corta edad en aquel entonces. Su pasión por la celeste lo llevó a investigar acerca de los viejos valores que han caracterizado a nuestra selección para reivindicarlos.
«Que vuelva la celeste de antes» es una iniciativa que se gestó en Facebook y en un portal web, con un gran apoyo popular, y que años después incentivó a Sebastián a escribir el libro.
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El prólogo de Andrés Reyes:
Si piensa que la celeste de ahora ha ido cercenado despacito -cual Luis Fonsi- las bases fundacionales de nuestra condición oriental, este libro es para usted.
La selección uruguaya actual, esa que dirige el señor Tabárez desde antes de que los celulares tuvieran internet, nos malacostumbró a creer que le podemos hacer partido a cualquiera. Casi que hasta nos convenció de que hay más chances de clasificar que de quedar afuera en las eliminatorias, algo que estadísticamente no era cierto hace 11 años.
Y claro, el ser humano es un bicho jodido. Y el uruguayo no se ha propuesto ser la excepción. Ni bien llegamos a las semifinales de un mundial, ganamos una Copa América y le ganamos a dos potencias europeas en otro mundial, nos agrandamos. Dejamos de preocuparnos por la sub 20, por la sub 17 y hasta por los deportes menores.
Basta de hacer las cosas de un modo racional, basta de procesos, de caminos que dan recompensas, ¡que vuelva la improvisación y la apelación constante al milagro! Basta de jugadores que se desviven por jugar en la selección, ¡que vuelvan los problemas internos! ¡Que vuelva la calculadora, la patada de atrás, la incorrección, la viveza, el tranque con la plancha enhiesta, la batahola en el túnel!
¡Que vuelva la celeste de antes!
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