Esta exempleada de una empresa contratista del Gobierno de EE.UU. no se arrepiente por haber realizado ese gesto de protesta.
Juli Briskman ha sido despedida de su trabajo en la empresa Akima después de que se viralizara una imagen en la que realizaba un gesto grosero contra el convoy en el que viajaba el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Cuando el pasado 28 de octubre la caravana presidencial se dirigía al Club Nacional de Golf que el mandatario posee en Virginia (EE.UU.), esta ciclista ‘saludó’ con su dedo medio y, con ese gesto «obsceno», violó la política de redes sociales de su compañía.
Briskman, que realizó labores de mercadeo y comunicación para esa contratista del Gobierno durante seis meses, asegura que ningún contenido de sus cuentas en redes sociales la vinculaba con la firma.
Esta mujer no se arrepiente de los hechos y está feliz de ser una imagen de protestapara muchos estadounidenses, porque «estoy enojada por dónde se encuentra nuestro país en este momento» y «fue una oportunidad de decir algo».