El presidente electo estadounidense Donald Trump está acostumbrado a volar con gran lujo en su propio avión.Hace tiempo que viaja en una aeronave que lleva su nombre pintado en el fuselaje.

Pero ahora, a punto de mudarse a la Casa Blanca, Trump ha vuelto a incendiar las redes sociales con un tuit en el que expresa su oposición a un plan del gobierno estadounidense para comprar un nuevo Air Force One, como se conoce al avión oficial del presidente.

La flotilla de aviones AirForce One, compuesta por dos de los icónicos Boeing 747 Jumbo Jet que transportan a los mandatarios estadounidenses, está empezando a ponerse vieja. El primero de esos ejemplares entró en servicio hace 26 años.

A seis semanas de asumir el cargo, Trump publicó este martes un tuit que no tardó en hacerse viral.

«Boeing está construyendo un nuevo Air Force One 747 para presidentes futuros, pero los costos están fuera de control, más de US$4.000 millones. ¡Cancelen la orden!», dijo el presidente electo en la red social.

La Casa Blanca responde

Este avión es uno de los símbolos del poder presidencial estadounidense
              Este avión es uno de los símbolos del poder presidencial                                         estadounidense. Foto: LA NACION

El gobierno estadounidense respondió poco después, cuestionando las cifras mencionadas por Trump.

«Algunas de las estadísticas que han sido citadas, diremos, no parecen reflejar la naturaleza de los arreglos financieros entre Boeing y el Departamento de Defensa», señaló el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, a los reporteros en Washington.

Boeing is building a brand new 747 Air Force One for future presidents, but costs are out of control, more than $4 billion. Cancel order!

 Las acciones de Boeing, el mayor fabricante de aviones civiles en el mundo, cayeron en 1% después del tuit del mandatario electo.

Éste dijo después a reporteros desde su residencia neoyorquina, la Torre Trump, que el costo de construir el avión presidencial, equipado con sistemas especiales de seguridad y comunicaciones, era «ridículo».

Una oficina oval voladora

El Jumbo Jet es uno de los productos estrella de Boeing
                     El Jumbo Jet es uno de los productos estrella de Boeing. Foto: LA NACION

Técnicamente, Air Force One es el denominativo para cualquier avión que lleve al presidente de Estados Unidos. Aunque el término se utiliza principalmente para referirse a los dos Boeing 747-200B adaptados especialmente.

Tienen capacidad de reabastecimiento en vuelo y están equipados con equipos de comunicación segura.

Son descritos como «oficinas ovales voladoras».

En su interior, el presidente y sus compañeros de viaje disfrutan de 400 metros cuadrados de superficie en tres niveles

El Boeing tiene una suite presidencial, así como cuartos para consejeros, oficiales de Servicio Secreto y prensa.

Una suite médica puede funcionar como una sala de operaciones, y un médico siempre está a bordo

Las dos salas de preparación de alimentos del avión pueden alimentar a 100 personas a la vez.

La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno, entidad de auditoría del gobierno federal estadounidense, estima que que el costo total del proyecto, que incluye la construcción de dos aeronaves que entrarían en servicio para 2024, llegaría a US$3.200 millones, pero ese monto puede aumentar, señala Zoe Thomas, corresponsal de negocios para la BBC.

Es probable que la medida de austeridad anunciada por Trump le traiga réditos políticos, pero algunos expertos advierten que no es clara la magnitud del ahorro que supondría cancelar el contrato.

«Como presidente y comandante en jefe, Donald Trump tendrá el poder de cancelar el contrato con Boeing por los nuevos aviones», indica Zoe Thomas.

«Pero si lo hace, podría costarle al contribuyente estadounidense aún más, incluso si el presidente está tratando de ahorrar», agrega.

No tan barato

La capital estadounidense se prepara para la toma de posesión de Donald Trump
La capital estadounidense se prepara para la toma de posesión de Donald Trump. Foto: LA NACION

Como dijo en un comunicado este martes el vocero de Boeing, Todd Bletcher, el gobierno de Estados Unidos ya ha firmado un contrato por US$170 millones con la empresa «para ayudar a determinar las capacidades de esas complejas aeronaves militares para atender los requerimientos únicos del presidente de Estados Unidos».

Los aviones están todavía en la fase de diseño y mediante negociaciones entre la Fuerza Aérea y Boeing, podría reducirse parte del costo actual estimado del proyecto.

«Pero si Trump se retira completamente del contrato de Boeing, el país podría perder el dinero que ya se ha comprometido contractualmente a pagar», advierte nuestra corresponsal.

En las semanas que han transcurrido desde de su elección, Trump ha venido rompiendo de manera abrupta con varias tradiciones presidenciales.

Hace pocos días causó un revuelo diplomático al recibir una llamada telefónica de la presidenta de Taiwán.

Sus críticos alegan que esa acción dejaba en entredicho una política estadounidense vigente hace más de cuatro décadas de reconocer la soberanía de China pero no la de Taiwán.

«Ahora, al amenazar con cancelar el multimillonario contrato para los aviones, Trump está apuntando a uno de los símbolos históricos del poder presidencial estadounidense», indica Katty Kay, presentadora de la BBC.

Un símbolo potente

Para los admiradores de Trump, este episodio habrá demostrado una vez más su sagacidad política.

Los aviones presidenciales son un frecuente objetivo de críticas por parte de quienes se quejan de los altos costos, pagados por los contribuyentes, del estilo de vida de los mandatarios mundiales.

En un ejemplo de lo anterior, a comienzos de año el presidente mexicano Enrique Peña Nieto se vio envuelto en una controversia por la compra por parte de su gobierno de un Boeing 787 Dreamliner,valorado en cerca de US$127 millones.

«En algunos medios lo llaman el ‘avión de la discordia'», reportaba entonces el periodista de BBC Mundo en México Alberto Najar.

Los críticos señalaban entonces que «no era necesario comprar una aeronave de este tipo, ni tampoco las costosas adecuaciones que se le realizaron», apuntó Najar.

El gobierno mexicano se defendió en ese momento señalando que un avión presidencial era una necesidad de seguridad nacional.

Seguramente algo similar dirán las autoridades estadounidenses frente a los planes para reemplazar al Air Force One.

Pero con su reciente tuit, Trump garantizó que la discusión en torno a ese contrato se despliegue en las arenas movedizas de la opinión pública estadounidense.

 

FUENTE LA NACION