Barcelona goleó 3 a 0 a Real Madrid de visitante con una buen actuación de Luis Suárez, y quedó a 14 puntos de su rival, dejando la Liga prácticamente sentenciada, pese a faltar aún la mitad

La de este año no es la liga de Real Madrid, y sí la de Barcelona. Eso se veía con claridad ya antes de este partido, por lo irregular que llegaba el primero, y lo derecho del otro: 14 victorias, 3 empates, 45 goles a favor y solo 7 en contra, en 17 partidos. El choque podía ser un especie de golpe de timón si ganaba el merengue, o una simple confirmación si lo hacía el blaugrana. Se dio la lógica.

Claro, la lógica no es tan sencilla en los clásicos, y mucho menos si el equipo “malo” es bicampeón de la Champions League y tiene, por ejemplo, a Cristiano Ronaldo. Difícilmente el equipo de Ernesto Valverde iba a poder imponer los 11 puntos que se llevaban antes del encuentro sin despeinarse. Difícilmente el mejor equipo de los últimos años iba a sucumbir así nomas ante nadie.

El primer tiempo del partido fue una demostración de lo anterior, ya que allí el Real fue superior desde el arranque, y mantuvo el dominio del juego durante la mayor parte del tiempo, aunque sin ser tan punzante en ataque. Una pifia de CR7 cuando entraba solo y un cabezazo de Karim Benzema al palo fueron las más claras. ¿Y el Barça? Poco. Con Lionel Messi desenchufado y controlado por Mateo Kovacic, solo logró inquietar de contragolpe y con un remate de Paulinho.

En el complemento, la cosa cambió. El equipo de Zinedine Zidane salió con una actitud mucho más pasiva, y regaló la pelota a Messi y Andrés Iniesta. Nada bueno puede resultar de eso. Barcelona pronto comenzó a dominar la acciones, y Real Madrid a replegarse y defender… mal. Porque difícil es explicar como Ivan Rakitic pudo correr 40 metros con la pelota dominada antes de abrir para Sergi Roberto, y como Luis Suárez pudo recibir solo en el segundo palo para poner el primero.

No se puede regalar la pelota al Barça, como tampoco se le pueden dar esos espacios en el medio, ni esa libertad al uruguayo en el área. Pero lo que seguro no puede hacerse es darle un penal y una roja en la misma jugada, insólita decisión que tomó Dani Carvajal al sacar con la mano un remate de Suárez que tenía destino de red. Pese a no destacar tanto, el charrúa fue muy determinante en los goles.

Messi puso el segundo de penal y, con uno más para la visita, el juego quedó liquidado. Así las cosas, el equipo de Valverde bajó las revoluciones y se dedicó a cuidar la victoria, que vale mucho más que tres puntos. Hubo tiempo para que Aleix Vidal decore el resultado en los descuentos y vuelva más contundente el triunfo clásico, dándole tintes de goleada.

Barcelona llegó a 45 puntos, quedando a nueve de Atlético Madrid -que cayó hoy ante Espanyol- y a 11 de Valencia, que recibe a Villarreal más tarde. Real Madrid quedó cuarto y a 14 de su eterno rival. Ya clasificado a la Champions como vigente campeón, el merengue solo juega por el título, que cada vez se le hace más esquivo.

(Por Fernando Pendés)