El equipo de Marcelo Signorelli venció al de Sergio Hernández por 88 a 83 y consiguió su primera victoria en la historia en tierras argentina en el camino al Mundial de China 2019.

 

Previo al encuentro, la epopeya parecía imposible por distintos motivos: la calidad del plantel argentino, la historia que marca que nunca se había logrado un triunfo oficial en la vecina orilla, y el estadio que estaba repleto de gente que intentaría hacer pesar la calidad de local del equipo de Sergio “Oveja” Hernández. Pero cuando hay trabajo serio y, sobre todo, confianza en que se puede lograr el objetivo, las distancias se acortan y se llegan a dar partidos como el que se vivió esta noche en Olavarría.

En el comienzo del encuentro, Argentina se plantó fuerte y aprovechó los desajustes defensivos para tomar tiros de tres puntos por parte de Lucio Redivo y Nicolás Brussino, dos especialistas en la materia que estuvieron con la mano caliente desde el arranque. Por el lado uruguayo, que no estuvo claro en el primer cuarto, tuvo algunas corridas bien finalizadas por Mathías Calfani, aunque esto no fue suficiente para evitar que el local se fuera con 11 de renta (27-16) a encarar los próximos 10 minutos.

Para el segundo chico, el principal cometido de los dirigidos por Marcelo Signorelli, era mejorar en defensa y robar balones para lograr goles rápidos, y con el ingreso de Hatila Passos, Uruguay creció mucho en intensidad a la hora de cuidar la pintura y ganar los rebotes defensivos, factor fundamental para construir juego e intentar achicar la diferencia que, para el descanso largo, se acortó a 6 (42-36) fruto de la participación Gustavo “Panchi” Barrera que aportó prolijidad a las ofensivas.

El punto de quiebre llegó en el tercer período con la presencia del capitán Bruno Fitipaldo que se convirtió en la figura del equipo para alcanzar y pasar en el score por una ventaja de 7 a falta de 5 minutos, lo que dio tranquilidad al equipo y se pudo hacer una mejor rotación de los jugadores para dar descanso y no cargar de faltas. Pese a ello y producto de una serie de pérdidas que permitieron puntos fáciles a los argentinos, desembocaron en una remontada para irse a los últimos 10 minutos de juego con ventaja mínima para el anfitrión (62-61).

En el último cuarto, Uruguay consiguió mantenerse siempre en partido defendiendo cada jugada como si fuera la última con Esteban Batista como principal figura en este rubro anulando a Luis Scola y capturando rebotes clave, lo que permitió que el rival nunca pudiera alejarse en el tanteador a pesar de que sus tiradores embocaban todo, incluso un triple de Brussino muy alejado de los 6,75 metros.

Una bomba de tres de Fitipaldo a falta de poco más de 4 minutos para el cierre, puso arriba a Uruguay y Argentina entró en un nerviosismo impropio de un equipo de su nivel, que se convirtió en enojo desmedido al punto de ganarse que le cobren un técnico a Scola, el jugador con mayor experiencia, por reclamar una zona que no había existido. La recta final tuvo la mejor versión uruguaya desde la línea fácil, anotando casi todos los tiros generados por cortes rápidos en los instantes finales, para cerrar un gran triunfo y encarar el enfrentamiento ante Panamá del próximo lunes como visitante con otra tranquilidad.

(Por Christian Moreno)