El Sumo Pontífice envió una carta a las víctimas después de haber recibido el informe del obispo enviado a Chile para atender a los testimonios de los denunciantes de Juan Barros, a quien acusan de haber encubiertos casos de acoso.
El papa Francisco reconoció este miércoles «graves equivocaciones de valoración»sobre el caso de presunto encubrimiento de abusos sexuales del que acusan al obispo chileno Juan Barros, al que defendió, y convocó al clero de ese país para analizar la situación.
«Tras una lectura pausada de las actas de dicha ‘misión especial’, creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza», señaló en una carta a los obispos chilenos.
«En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada», aseveró Francisco.
«Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas», agregó el documento.
Francisco envió esta misiva después de recibir el informe del obispo maltés Charles J.Scicluna, enviado a Chile para atender a los testimonios de las presuntas víctimas de los abusos.
Asimismo, el Sumo Pontífice invitó a las víctimas al Vaticano.
El obispo de la ciudad de Osorno, Juan Barros, es cuestionado como supuesto encubridor de los abusos sexuales contra menores cometidos hace unos años por el influyente cura Fernando Karadima.
Barros fue discípulo de Karadima, un cura que tuvo gran influencia en la Iglesia chilena, formador de medio centenar de sacerdotes, cinco de ellos devenidos en obispos, a quien la Justicia vaticana suspendió de por vida en 2010 tras develarse que abusó sexualmente de niños y jóvenes cuando era el titular de la parroquia El Bosque, en un sector pudiente de Santiago.
Además, la Justicia ordinaria también enjuició a Karadima y lo encontró culpable, pero no lo condenó, porque los delitos habían prescrito.